Mirar hacia adentro

Desde hace mucho tiempo hemos pregonado que el crecimiento del rugby entrerriano está directamente relacionado con la importancia que se le dé desde los estamentos directivos y de la voluntad de los clubes “mayores” de Entre Ríos, al Desarrollo. Editorial Tercer Tiempo 

 

Otra premisa ineludible para que esto ocurra es que los clubes de fuera de Paraná, tomen un compromiso serio y permanente para alejar definitivamente los fantasmas que acosan a los torneos provinciales.

 

Un poco de historia

 

La presencia de los clubes de fuera de Paraná en la provincia de Entre Ríos ha sido cíclica con picos muy altos en algunos tiempos que se han ido diluyendo con el paso del tiempo y de dirigentes que dieron todo de si pero no contaron con un respaldo suficiente de sus pares para continuar desarrollando sus instituciones.

Muchos puntos con presencia de rugby, han sido solo un espasmo y de la mano de algunos hechos puntuales a nivel nacional e internacional que pusieron de “moda” al deporte grupos de conocidos se juntaron para tratar de jugarlo. Claro como toda moda duraron poco y así se fueron diluyendo muchos intentos. En algunos lugares algunos estoicos trataron de insistir, pero en donde no hay estructura con dirigentes serios y perdurables es difícil que pueda prosperar.

El compromiso de los clubes “no paranaenses” no ha sido el esperable en el mayor de los casos.

Sin duda que el más destacable en los años ha sido Universitario de Concepción del Uruguay, que con picos mejores o peores ha subsistido a los avatares y de la mano de una de sus mejores camadas, de ahora ex jugadores, ha puesto especial énfasis en las divisiones juveniles duplicando en el último año sus jugadores fichados.

Gualeguaychú es otra plaza importante y por diversos motivos no ha conseguido aún afincarse entre los más confiables. Los dos clubes tienen distintas tradiciones y diferentes trayectorias que por varios años los pusieron en las sombras.

En ambos subsiste un hecho que es dable observar en casi toda la provincia, en el cual los jugadores en actividad cumplen múltiples funciones, que es destacable por el esfuerzo personal, pero que juega en contra a futuro. La falta de dirigentes, que se dediquen únicamente a esa función, debe ponerse en el debe. La edad de algunos jugadores y el compromiso que ponen en sus actividades, lo pone de cara a futuro como una de las soluciones esperables.

Se podría hablar de Concordia, una de las plazas más difíciles de donde provienen muchas quejas y muy pocas soluciones. La presencia del rugby es cada vez mas acotada con dos clubes muy enfrentados entre si, que en vez de empujar juntos dividen más el ambiente.

En algún momento, con el trabajo de un hombre que supo nuclear voluntades, Rosario del Tala pareció emerger en el escenario provincial, pero trasladado aquel por razones de trabajo la cosa se fue diluyendo hasta desaparecer.

Lo propio ha ocurrido con San Jaime de la Frontera en donde una gran dirigente, entrenador, jugador se ha sabido rodear y transformar a una localidad de solo 5.000 habitantes en un ejemplo para el rugby, pero la duda para el futuro surge casi sin que nos propongamos.

Lamentablemente por aquello de las personas, este presente ejemplar ha suscitado que muchos envidiosos con mayores posibilidades en sus ciudades los ataque con armas poco noble, en actitudes deleznables.

Podríamos hablar mucho mas de La Paz, Crespo, Nogoyá, Gualeguay, Colón que tienen antecedentes de otros tiempos pero no han logrado asentar el deporte y en mayor o menor medida están presentes y habrá que esperar como sigue.

Chajarí, Viale, Victoria, Villaguay, Villa Elisa o Federal, también tienen manifestaciones y luchan con diversas realidades que se podría estudiar detenidamente y buscarles soluciones.

Pero también hay que hablar de los clubes de Paraná, que por deficiencias propias han bajado mucho en lo que supieron ser. Actualmente transitan dos realidades muy diferentes, Capibá en pleno proceso de recuperación ha logrado que muchos que se habían alejado de la entidad por diversas causas nuevamente se aglutinen tras un ideal. El trabajo en juveniles e infantiles ya se nota y de continuar auspicia un buen futuro para la entidad.

Álamo es todo lo contrario. Solo le ha importado en los últimos años su plantel superior en donde este año ha logrado buen número de jugadores pero con nada abajo, como ya ocurre hace muchos años.

Este análisis es muy sucinto y seguramente necesitaría de mayores precisiones, pero en general habla de culpas compartidas que ya vamos a analizar.

 

La Unión

 

Históricamente la Unión Entrerriana no le ha prestado mayor atención a los clubes de fuera de Paraná y en muchos casos ni siquiera los ha respaldado para las diversas competencias.

Sería muy largo describir todo lo acontecido en todos los años desde que la UER existe pero ignorar al “interior” ha sido una constante más allá de lo que se pueda decir. Muchas veces a los máximos dirigentes de la Unión, siempre de Paraná, han sido muy declamativos. “Pondremos énfasis en la difusión en toda la provincia”.

No ha existido por varios motivos y el mejor ejemplo esta en la renuncia del encargado de la comisión de desarrollo hasta hace poco por falta de apoyo en su gestión.

Pero también hay gran culpa por la falta de políticas implementadas y por los elegidos para llevar adelante el pretendido desarrollo.

Las políticas no han existido y en todo caso la falta de control sobre el trabajo a desarrollar, escaso, inocuo, insuficiente, nos muestra un presente tan poco feliz pero de fácil solución.

Salvo uno o dos dirigentes, a los demás les molesta moverse hacia donde realmente se los necesita y rechazan cualquier visita aunque sea protocolar. No cuesta decirlo porque es la realidad, pero a la generalidad de los dirigentes de la Unión no se los conocen en el resto de la provincia.

La solución esta al alcance de la mano y puede resumirse en solo pocas palabras.

Desarrollo y presencia.

Solo falta idoneidad y dedicación en el primer caso y voluntad en el segundo.

 

Culpa compartida

 

Los votos en la Unión son de los tres clubes “mayores” por tradición y capacidad y calidad deportiva. Indirectamente son ellos quienes “manejan” la UER y han demostrado poca voluntad para integrar a toda la provincia.

Ni siquiera han sido capaces de demostrar voluntad con sus juveniles y sobre todo con los infantiles en donde habría que comenzar a pensar en una verdadera integración mirando hacia adentro.

Se habla mucho y se hace poco.

Se han presentado planes y proyectos, se cuestionó siempre que los clubes de Paraná deban viajar al interior de la Provincia de Santa Fe, (Rafaela, Esperanza, Sunchales, San Vicente) y no lo hicieran en su propia provincia. Se dijo incluso que ya se había arreglado con la USR para que hubiera reciprocidad y que los “mayores” visitaran al menos dos veces al año ciudades de Entre Ríos, pero al presente como dice la canción, “solo palabras”.

En la división superior los clubes “mayores” cuestionaron tener que viajar a otros lugares en el torneo apertura de este año, olvidándose que los clubes que disputan el torneo Provincial recorren casi el doble de kilómetros al año que ellos, aún cuando en este 2012 con la regionalización fue menor.

No están dispuestos a ningún sacrificio y hacen lo mismo que los hegemónicos del torneo regional le hacen a ellos y de lo cual se quejan y mucho.

 

El Litoral

 

El pensamiento hegemónico de Rosario, desprecia la competencia con su pares de Santa Fe y Entre Ríos y sus jugadores y dirigentes se quejan de la “falta de nivel” para ellos como si fueran los excelsos olvidándose que hace muchos años que no están en la definición de los Campeonato Argentinos, salvo el último año. “Una golondrina no hace verano” dice el dicho.

Pero a ellos poco les importa y hasta amenazan a sus pares cuando estos se quejan por aquello de las mayorías automáticas. Poco les importa los demás, aún cuando de vez en cuando pierdan con santafesinos y entrerrianos.

En muchos casos apelan a la descalificación del referee y pese a los informes desfavorables no hay medidas con quienes dejan muy mal a su club y a su Unión.

“Si no les gusta no jueguen” resuena en todo el ambiente y extraña que haya sido pronunciado por un alto y calificado dirigente.

El mazazo llego en la última semana, cuando los santafesinos le comunicaron a los entrerrianos que este año no habrá torneo 2 Orillas de Mayores. Les excusan rozan lo insólito. “No sabíamos que querían jugar el 2 Orillas”, dijo un alto dirigente de la USR. Otro sostuvo: “La UER no puede postergar porque si partidos del 2 Orillas de juveniles”, cuando ellos lo hacen muy seguido.

Los santafesinos son inconsistentes en sus políticas. En privado coinciden con los entrerrianos, pero llegado el momento en las reuniones son sumisos a los designios de Rosario.

El futuro no es nada claro. ¿Habrá llegado el momento en que los clubes “mayores” de Entre Ríos, se bajen del pedestal y miren hacia adentro?

Desde hace mucho se dice que no vale la pena jugar a cualquier precio, pero eso muchos no lo entienden desde el nacimiento mismo del regional, cuando Del Sastre y Tenca, aceptaron que los rosarinos tuvieran el doble de representantes en los distintos estamentos del torneo y con ello el manejo absoluto del certamen. Seguramente nunca pensaron que lo hicieran de este modo, en donde no se respetan reglamentos, se adaptan a las necesidades de unos pocos y se ocultan hechos graves cuando ocurren en Rosario y se penan cuando es en otro lado.

 

Lo que viene

 

Lo que viene es más simple y sencillo de lo que parece, pero para ello se requiere de voluntad de las partes y gente idónea para llevar a cabo políticas serias, sustentables, reales, integradoras.

La Unión Entrerriana y los clubes “mayores” tienen la palabra y los del resto de la provincia el compromiso de crecimiento en excusas.

Opinión