El porqué de la lista mundialista

Este lunes fue uno de los días más esperados de los últimos cuatro años por el público ligado al rugby y uno de los más duros para la carrera de cualquier entrenador vinculado a un seleccionado nacional.

Ser parte de una Copa del Mundo es el sueño de todo deportista. Es el anhelo de todo aquel que alguna vez representó a un club o a un combinado regional. Defender los colores del país ante el mundo, la gloria máxima, bajo cualquier aspecto.

Una nómina mundialista para un DT, es una decisión vital en su rol. Es el papel en el que están escritos los 31 nombres de sus pensamientos, argumentos e ideologías.

Los entrerrianos Javier Ortega Desio y Marcos Kremer, eran una fija. Por su papel transcendental tanto en Los Pumas como en Jaguares, equipos en los que ambos supieron ganarse con crecer un lugar entre los titulares, merecían con claridad estar en Japón.

En las redes sociales, fue una constante el reclamo ante la ausencia de Facundo Isa y de Joaquín Díaz Bonilla. Sin lugar a dudas, dos de gran actualidad. La citación de Benjamín Urdapilleta a varios les llamó la atención. No obstante, a la hora de analizar su convocatoria, bien vale la pena referirse no solo a su experiencia como profesional en Europa, sino particularmente, a su conocimiento del rugby francés, cuyo seleccionado será el primer adversario de Argentina, en Tokio, el 21 de septiembre.

Aunque desde principio de año se sabía iba a ser una baja, Ledesma tendrá motivos que quizás pocos conozcan para no llamar al rosarino Juan Imhoff.

Asimismo, el rodaje que le ofreció con los seleccionados alternativos o bien Jaguares, al tandilense Rodrigo Bruni, la polifuncionalidad del cordobés Juan Cruz Mallía o a los bonaerenses Lucas Mensa y Santiago Socino, pareció bastarle para relegar en sus respectivos lugares a otros hombres.

La lesión que sufriera Gonzalo Bertranou en febrero lo alejó de la recta final y le dio chances a Felipe Ezcurra, por quien finalmente el Head Coach optó para seguramente suplantar a Tomás Cubelli cuando haga falta.

Las cartas están echadas y cada quien mostró sus matices para decir presente en el evento en el que todo el planeta quiere estar.

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