Los Tordos, campeón

Los Tordos se consagró campeón en Mendoza por segundo año consecutivo, al superar en la final por 34 a 33 (y tras ir 3-21 abajo) al clásico rival de las últimas décadas, Marista, el más regular durante el año.

El marco de la megajornada primaveral (Mendoza R.C. quedó 3ro y se adjudicó plaza para el Interior A) fue sensasional: clima ideal, colorido, cánticos de aliento ocurrentes y a la altura, y hasta disfrazados de las respectivas mascotas de ambos clubes haciendo de las suyas (el pájaro entró a la cancha y no pudo ser ‘enjaulado’ por personal de seguridad, desatando la risa y comentarios muy divertidos en los distintos sectores de las ampliadas tribunas en Carrodilla) Todos estos atractivos enaltecieron una fecha inolvidable para todos los presentes.

En cuanto al juego, al partido, decir que se enfrentaron los dos mejores equipos del año, ambos apostando a un juego muy dinámico, de pases, tratando de abrir la cancha y con un despliegue defensivo admirable. Los dos equipos también con packs y backs más bien ‘livianos’, pero muy corredores y participando en varias fases del juego antes de cortarse por alguna infracción, por caso, el que incurrió más en esto fue el derrotado, tal vez siendo ésta su mayor falencia a mejorar, las infracciones en la situaciones de tackle/break down.

El juego del gran Campeón por momentos se torna imparable para cualquier defensa (y hay que ver cómo tacklea, cubre espacios y se repliega Marista!), con su sello de rugby desplegado y apoyo por todos lados (gran nivel de todos los backs y tercera línea) que supo tener su cota máxima con una hegemonía total en los ’90 (con Tordopolio incluido en el ’93: todas las divisiones campeonas!). Los Tordos, muy bien conducidos otro año más por García-Villanueva como entrenadores jóvenes, pero de mucho conocimiento y sobre todo llegada a los jugadores, con intérpretes de lujo en cancha, como Pato Bruno (tras un logro más anunció su retiro el medio scrum y capitán) y Gonzalo Bertranou, que se desempeña indistintamente de 9 o 10 y no baja de 8 puntos ningún partido, el jaguar del campeón!

Tuvo en Pedro Lértora, a un eficiente full back, muy joven, pero implacable en todo sentido: poniendo el juego adelante con su destreza y velocidad; seguro en defensa; no deja de dársela a los wines cuando es pertinente, tomando con mucho time in las marcas; y sobre todo a la hora de patear a los palos en la final (100%), con una conversión esquinada y del lado difícil para un diestro, que posibilitó poner a su equipo 31 a 33 en un momento de suma presión, después fue él el que metió ese drop que desató la locura del campeonato logrado, con tirada a la pileta y merecido y prolongado festejo!

 

El equipo azulgrana supo ajustar durante el año algunos que otros desacoples, sobre todo el scum, su formación o aspecto del juego históricamente más flojo si se quiere, suplido y hasta disimulado muchas veces por los altos niveles de eficacia conseguidos en varios otros aspectos del juego. Pero ver a Los Tordos volar es y estimo, seguirá siendo, un placer ovalado!

Opinión