El todo y la unidad

Desde hace varios años (cuarenta por lo menos) que la primera línea y la segunda línea del pack de forward también deben saber pasar la pelota. Hasta entonces no importaba tanto que no lo hicieran o que dicha destreza no fuera desplegada con la calidad necesaria.

También, desde entonces, los backs tuvieron que saber ingresar, y funcionar en el ruck o en el maul. Hoy además, con la creación de los canales, cada cual deberá participar en las formaciones espontáneas o en el traslado de la pelota con las manos. Incluyo también la aptitud para la utilización del kick; lo mismo para tomar la pelota de aire (catch). Si los 15 tuvieran, además, una velocidad media interesante, se conformaría entonces en un equipo integral. Al tackle, como las convicciones, nadie nunca las debe dejar en el vestuario.

Unidad. Hoy los números indican que hay menos scrums. He registrado algún partido internacional en el que solo se produjeron tres de esas formaciones. Esto habla del mejoramiento del manejo de la técnica. Pero no ha desaparecido -por el contrario, puedo asegurar que ha crecido- la disputa, y definitivamente fue incorporado el empuje con los ocho componentes. Entonces la condición de unidad se ha constituido ahora en ineludible.

En la simplificación, entonces, si la transformación en unidad  del scrum es llevada a cada una de las formaciones espontaneas, al line y a la andadura de los canales, que como en todas las fases señaladas, se deben desarrollar con la lógica de la excelencia en la utilización de las destrezas, el todo se explica por sí solo. La unidad también.

Por Jorge Mazzieri, desde Córdoba, especial para Tercer Tiempo

Opinión