Mi mano derecha

A mi mano derecha no me la lavé nunca. Mejor dicho, alguna vez, seguramente sucedió, pero lo importante es lo que encierra la primera aseveración.

El reciente viernes, cuando asistí al almuerzo de los jubilados de la prensa cordobesa, la que se formaliza de vez en cuando, me encontré (gran abrazo) con “Juanchi” González. Éramos compañeros en La Voz. Él, Jefe de Espectáculos y Cultura y yo cronista de rugby. El horario de ellos era de 11 a 17. Deportes, compartía el mismo lugar físico, pero ingresábamos a las 18 y nos quedábamos, casi siempre hasta el cierre. La cede estaba en el B° Alta Córdoba.

En una oportunidad llegué temprano, serían las 17,30, o sea que ya había poca gente de Espectáculos y nadie en Deportes. Lo primero que hice fue ir a buscar los cables. En esa época no había web. Cuando me dirigía por un pasillo angosto (no cabían más de tres personas de frente) vi, que en ese mismo momento, en el otro extremo, ingresaba “Juanchi”. Venía con otro persona. Cuando estuvieron cerca identifiqué al acompañante (ellos dos eran muy amigos). Se detuvieron y me lo presentó. Conversamos poco, mejor dicho yo contestaba sí. . . a todo. . . . . . no le pregunté nada a Don Atahualpa Yupanqui. Cada vez que me encuentro con “Juanchi” se ilumina el recuerdo. Yo me jubilé en el 2003, él lo había hecho un par de años antes.

Lo que sigue -y no los aburro más- sucedió en 1970. En esa época yo trabajaba en la Sucursal Córdoba de una multinacional con sede central en Buenos Aires. Me enviaron en comisión a la gran ciudad. Lo primero que hice cuando llegué, fue buscar en el diario, dónde jugaba Belgrano Athletic, club en el que era tercera línea de la primera división,  desde hacía unos años, el cordobés Raúl Loyola. Ustedes lo saben: Raúl fue integrante del mítico Pumas del ’65. En Córdoba fue jugador juvenil del Jockey CC y de los mayores en la “U”. El partido era frente al SIC y se disputaba en Belgrano. Lo busqué después del encuentro. Ganó Belgrano. Estaba con otros amigos por lo que me mantuve a distancia. Cuando me vio nos abrazamos y me llevó a los empujones y me integró al grupo. Me presentó a Arturo Rodríguez Jurado, el “Trompa”. Éste me tomó del brazo y frente a una montaña me dijo: “mi padre”. Me invitaron al Tercer Tiempo.

El que era “mi padre” había sido Campeón Olímpico de los pesos pesados de box en el año 1928 en Ámsterdam. Año que, en Buenos Aires, ese señor, integró el equipo campeón de rugby del CASI, con el que venía repitiendo el título en una seguidilla que comenzó en 1917. Después, en 1934, integró la escisión que se fue del CASI, con la que fundaron el SIC, cuya inscripción en la UAR fue en 1936.

Sí, también le di esa mano derecha a un montón de gente hermosa, que antes y después he conocido. Y es por eso que nunca me lavo la mano derecha.

Por Jorge Mazzieri, desde Córdoba, especial para Tercer Tiempo 

Opinión

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