El tackle y las destrezas básicas

El tackle es el rasgo distintivo, representativo por antonomasia, de este deporte.

En otras notas hemos nombrado también al ruck, al scrum, a la forma ovalada de la pelota o la forma de los postes, etc., pero es éste, sin dudas el aspecto más identificativo y particular del rugby.

Del tackle podemos decir algo de la parte técnica, que por su puesto la tiene, como cualquier otro componente del juego, pero sobre todo es en donde se ve la actitud, el coraje, las ganas o como decimos más comúnmente los huevos que pone primero, el jugador en particular, y segundo, el equipo en general. En todo caso el tackle se destaca más por su parte actitudinal que aptitudinal (de hecho una de las cosas que más llaman la atención y gustan y llenan es cuando un jugador en ‘desventaja’ de kilos y tamaño(aptitud), pone un flor de tackle(actitud) y derriba y hasta le hace perder el control de la pelota a un rival que lo supera en estas características).

Es muy cierto también y como lo ponemos de relieve permanentemente que el rugby es un juego de ataque y ya bien lo ponía de manifiesto el ‘viejo’ reglamento de rugby en sus primeras líneas, en donde decía ‘marcar la mayor cantidad de puntos posibles’, lo que hablaba entre otras cosas del respeto al rival (no subestimarlo nunca sobre todo). Pero esto por su puesto implica defenderse cuando no se tiene la pelota. Y esto se hace a través del tackle.

Pero detrás del tackle subyace todo un sistema defensivo, toda una estrategia, una organización defensiva, en donde el tackle es el modo (previsto por las reglas de juego) de detener al jugador rival que porta la pelota y, de ser posible (ya cuando hablamos de tackle ofensivo), recuperar la posesión de la misma, merced a un fuerte y oportuno tackle.

Es cuando se escucha el característico uuuuuuhhhhhhh en la cancha, o mucho más fuerte cuando es en un estadio repleto en ocasión de un partido de Los Pumas.

Y justamente fue, es y será la principal bandera de Los Pumas, el tackle. Más de un tackle apoteótico en más de una acción decisiva, en más de un intento estoico por defender el ingoal.

En general se coincide en sostener que es lo primero que un jugador de rugby tiene que tener para jugar a este deporte, actitud para el tackle (porque la técnica se aprende y perfecciona con el tiempo).

Ahora bien, el tackle es una destreza y está dentro de la parte defensiva del juego o cuando la pelota la tiene el equipo rival y es la manera más común durante el juego de recuperar la pelota, sea directa o indirectamente (cuando producto de recibido el tackle el equipo atacante comete alguna infracción). Y como tal debe ser estimulada, enseñada, entrenada, pero sobre todo siempre el principal ingrediente va a ser el que pone cada jugador de sí mismo, el de la actitud, el de las ganas, el de los huevos.

Sin tener este cometido el espíritu de ser una enumeración taxativa ni arbitraria de las mismas, otras destrezas o habilidades que el rugbier va incorporando mientras crece y va acumulando entrenamientos son: el pase, el correr derecho e ir hacia adelante, el aprender a pararse y correr en la cancha según las distintas circunstancias del juego, empujar, caer al suelo con la pelota, pasar de pie sobre ella y sobre el tackleado y tackleador según el caso, ir al piso en busca de la pelota ‘suelta’ e incorporarse inmediatamente (dejar parar al rival en el caso contrario), saltar ‘perfilado’ en busca de la pelota que viene de aire (de modo tal que de no asegurar o atrapar en un tiempo la pelota, que pique para atrás para no cometer knock on), conceptos generales de cuando se está on side u off side (obviamente que a los chiquitos se les va explicando con términos más sencillos como que traten de mantenerse detrás de la pelota o del compañero que la porta, que cuando está en el piso y ya hay otros compañeros no se puede meter la mano y así), patear la pelota (a los mini-rugbiers y según criterios y uniones no se les enseña hasta cierta edad o sólo se les permite en situaciones de extrema defensa próximas a su propio ingoal) y varias otras que se van sumando de a poco y conforme a la edad y/o el tiempo que el jugador lleva en la práctica, hasta llegar a un punto en donde se puede discutir (o discernir) que ya dejan de ser destrezas básicas para pasar a ser más específicas (pero que no por ello no haya que empezar a transmitirlas desde chicos). Creo que acá el centro de la discusión puede pasar por el pase para ambos lados y de distinto tipo (corto y largo x ej) y el tacklear bien con los dos hombros (sin elegir más o menos conciente el perfil, que le salga natural al jugador).

Más allá de esta más o menos sutil distinción, lo importante es ir enseñándolas a todas. Es muy distinto aquel joven, más allá de sus aptitudes naturales o innatas para este juego, que tuvo la suerte de empezar a jugar de chico y que va aprendiendo de a poco un sinnúmero de destrezas, conocimientos, reglas de juego, toma de decisión ante distintas situaciones, etc.

Justamente recalamos en el tema toma de decisión, que puede ser una destreza o al menos seguro un aspecto relevante del juego. Para nosotros la toma de decisión sería el marco intelectual dentro del cual el jugador, poniendo en práctica sus destrezas, resuelve, ejecuta la acción sobre el juego. Pero entonces sería como una supra-destreza o algo englobador por encima de ella. La cabeza, al igual que la actitud, creemos están por sobre las destrezas o habilidades que cada uno un poco (o mucho) pueda traer consigo y otro tanto (o mucho) desarrolle y con esfuerzo y muchas horas de dedicación y entrenamiento (lo más rescatable y digno de destacar por cierto), pueda con el tiempo ir mejorando.

En cuanto al pase, podemos aportar que también es característico del juego (es hacia atrás, la forma de la pelota hace a la forma de tomarla, pasarla, etc), y es la base o el principal argumento de la dinámica del juego. Se sabe que es más difícil frenar el ataque de un equipo que avanza haciendo gala de sus virtudes en ataque en torno al pase, que parar a intentos individualistas o aislados de un jugador, portador de la pelota, por más potente que éste sea (con el ícono de los All Blacks, por un lado del juego general, multifacético y continuo, y por el otro, del individual de Jonah Lomu, como principal referencia de esto).

Como para cerrar este tema (que por cierto es mucho más sencillo aquí que en la práctica) podemos destacar el hecho de que más allá de que no estamos pretendiendo dar una visión acabada ni rigurosa, sí queremos dejar bien en claro que estos conceptos, principios, y conocimientos sobre el juego, es muy importante transmitirlos gradualmente en los clubes, sobre todo en las divisiones formativas. Capacitarse los entrenadores, que ya hemos repetido que su fundamental rol es el de la parte humana, el de verdadero maestro, pero que también debe conocer sobre el juego, ser el primero en saber el reglamento, las particularidades de las distintas edades y etapas del jugador, para de esta manera poder responder las inquietudes, las dudas, y porque no también saber contestar ‘en esta la verdad que me enganchaste, no lo sé, pero para el próximo entrenamiento te lo traigo’…. y así, como es la base del rugby, irse enriqueciendo recíprocamente, mejorando con el tiempo, tratando de ser, aunque sea muy de a poquito, mejores personas, y de paso, mejores jugadores de rugby.

Chau, hasta la próxima y que disfruten y ocupen este finde largo en familia, con amigos, con rugby!

 

Por Mariano Lemoine, desde Mendoza, especial para Tercer Tiempo –  marianolem@hotmail.com

Opinión

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