El rugby genera para muchos una pasión sin límites. Hay muchas facetas para ejercer con vinculación al deporte, para mantenerse ligado. Pero sin dudas que jugarlo, es lo más lindo que hay.
En diversos casos, las lesiones alejan de las canchas, pero no del contacto con la disciplina. Otros, esperan «devolverle» al rugby lo que éste les dio, recién al final de su carrera.
No es el caso de Juan Ignacio Ballesteros. Jugando para la Primera División del Club Tilcara, el centro sufrió el año pasado la quebradura del peroné en dos partes y se barrió los ligamentos internos del tobillo derecho. Fue operado y se encuentra en proceso de recuperación.
Mientras tanto, con tan solo 20 años, decidió empezar a «devolverle» al rugby todo los conocimientos adquiridos y hacerlo desde el rol que quizás solo una minoría elige: el referato.
Está claro que sin árbitro no hay partido y la necesidad de contar con jueces en todas las Uniones del país, es casi imperiosa. Juani lo sabe y su gusto por mantenerse dentro del campo de juego mientras evoluciona de su lesión, lo llevó a impartir justicia.
El sábado fue referee asistente en el encuentro de la UER y UROBA, desarrollado en La Tortuguita por el Campeonato Argentino Juvenil.
Quizás no sea el único caso del estilo, aunque tampoco abundan estos ejemplo. Por eso, Tercer Tiempo lo resalta y distingue.