Actitud

Argentina 17 – Sudáfrica 22. Fue el segundo triunfo de los Springboks ante Los Pumas en el torneo Rugby Championship.

Correspondió a la revancha del que jugaron la semana pasada en el sur del continente africano y que había sido también triunfo para Sudáfrica por 73 a 13. Hoy, completando la jornada, Nueva Zelanda supero a Australia por 27 a 16. Se jugó en las antípodas, en el país de los All Blacks.

Argentina tuvo un cambio mental con respecto al partido disputado la semana pasada ante el mismo rival. Con gran actitud achicó todos los espacios ejerciendo una presión de alto régimen con lo que consiguió mantener la paridad en posición, posesión y utilización. anotó dos tries contra uno del rival. Perdió un solo line y dos scrum. Desconcertó al empinado rival al punto que le hizo perder la calma, y cometer errores no acorde con el alto rendimiento. Los argentinos, además, mantuvieron la concentración mental durante buena parte del partido. Fue un derroche de entrega física con la que casi siempre ganó la posición en el contacto obteniendo esa ventaja en el pequeño espacio, lo que le hizo mantener la paridad en la ocupación territorial. En términos comparativos con el de la semana pasada, el de hoy de Los Pumas argentinos, fue ciertamente valorable. Pero hubo errores en la técnica individual y eso lo condicionó en más de una oportunidad.

El conjunto sudafricano creó las condiciones para su triunfo a partir del juego agrupado. Pese a estar en desventaja durante buena parte del match, nunca perdió ese objetivo, el de crear las condiciones para el acercamiento a la meta. Pero, lo dicho, hoy tuvo frente suyo a otro rival, la Argentina no fue el mismo de la semana pasada.

 

El problema más grave de la Argentina lo puso “Tati” Phelan, el entrenador de Los Pumas, y fue porque cuando el equipo logró el mejor funcionamiento comenzó con los cambios de hombres. Y así con cada uno de los relevos, el team debió reiniciar de nuevo con el armado mental y táctico. El hombre que ingresaba debía acoplarse al movimiento y eso le llevaba tiempo a él y al resto de la escuadra. Exceso de protagonismo el del técnico argentino. Falto total de lectura y percepción de lo que le sucede a su equipo. Trató de arreglarlo pero lo desmejoró.

Por Jorge Mazzieri, especial para Tercer Tiempo

Opinión

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