La historia de David Galarza, de San Martín de San Jaime: «El rugby cambió mi vida»

El Club General San Martín de San Jaime de la Frontera se prepara para encarar una nueva temporada completa de rugby en sus diferentes divisiones. La ovalada comenzó a moverse, la pretemporada está en marcha y los objetivos renovados en el plantel superior con la intención de mejorar la actuación del año pasado.

David Galarza, es un emblema de la primera división y referente de la entidad sanjaimense. Con 36 años, es un guerrero dentro y fuera de las canchas y en diálogo con Tercer Tiempo, repasó su historia en la institución y analizó el presente y futuro del conjunto del norte entrerriano.

-¿Cómo fueron tus inicios en el rugby?
-Llegué al club hace 7 años, gracias a la invitación de un amigo (Diego Escobar). Siempre tuve ganas de sumarme, ya que fui en reiteradas oportunidades a mirar partidos que se disputaban en la localidad. Desde el día que decidí involucrarme en el rugby, fui bien recibido en el club y hasta me apodaron como Tuilagi. Siempre fui constante, entrenaba y cumplía. Es esencial el esfuerzo y las ganas que tiene cada uno para seguir adelante. Al principio jugaba de Wing, luego intervine de ala, hooker y ahora de pilar. Creo que de pilar pude destacar mis mejores condiciones.

-¿Qué significa el rugby en tu vida?
-El rugby cambió mi vida, me enseñó muchas cosas e influyó de gran manera en mi vida. Antes de ingresar al club era muy rebelde, y con el tiempo, me aportó disciplina, debido a que aprendí a escuchar, a callarme en momentos determinados. Cuando comencé casi me voy a las piñas con un compañero y posterior a ello, cambie esas malas actitudes. Hoy, soy otra persona y ese episodio, es anecdótico.

-¿Qué sugerencias le solés brindar habitualmente a los más chicos?
-Hablo a los chicos que no dejen de entrenar y se esfuercen día a día. No me gusta ver que estén en un mal ambiente, sobre todo ante una posibilidad de que adquieran malos hábitos, como diversos vicios. En mi juventud fumaba mucho, no podía correr más de 100 metros porque sentía que me moría y en momentos pensaba que jamás podría hacer deporte. Pero, el rugby me cambió y con ellos también puede hacer lo mismo.

-¿Sentís cariño en este ámbito?
-Me siento querido en el club, y los muchachos me lo hacen sentir. Conocí muy buenas personas vinculadas en el rugby y también tengo reconocimiento personal, eso es increíble para mí. Estuve en diferentes ciudades de la provincia y me reconocen gracias al club.

-¿Cuáles fueron los éxitos deportivos más importantes?
-Con la institución logramos cosas hermosas. Pero para mí, el más trascendente a nivel deportivo fue cuando participamos en un torneo de verano y le ganamos a Rowing, en Paraná. Teníamos un equipo modesto, ya que viajamos con tan solo 16 jugadores. En 2015, tuve la oportunidad de viajar a Ecuador y realizar una gira con la UER Desarrollo. Integré tres años consecutivos el seleccionado y luego, lamentablemente sufrí una lesión en el tobillo que me marginó de las canchas casi un año completo. Al final del calendario pasado, participamos junto a mis compañeros en los Juegos Nacionales de Playa que se disputaron en Rosario. Una experiencia única.

-¿Qué te dejó tu paso por la UER?
-Mi etapa en la UER me marcó, ya que siempre me inculcaron que todo lo que aprendía en ese momento, debía volcarlo en el club; y trato de hacerlo. Siempre hay que ser humilde, porque todos los días se aprenden cosas nuevas. Me enseñaron mucho y quiero devolver todo eso, porque siempre influencias de alguna manera en los demás, siempre algo les queda.

-¿Cuál es el obstáculo principal a nivel deportivo?
-Sufrimos la carencia de jugadores, el plantel es muy corto y hay que tener en cuenta que otros clubes no tienen este tipo de problemas. Se debe destacar el trabajo que se hace en las infantiles, mediante un buen proceso que permite el éxito en las juveniles, y se ve reflejado en los resultados de los últimos años. Pero, la mayoría de los ellos que deberían llegar a Primera deciden emigrar a otras ciudades para seguir estudiando. De esa manera, el recambio es muy complicado. Por suerte, este año volvieron algunos chicos y podemos renovarnos un poco.

-¿Duele que el proceso de las juveniles lleguen hasta momentos determinados?
-Es el camino que tienen que seguir, para el bien y el futuro de cada uno. Hay chicos que se van y tienen la suerte en jugar en clubes importantes de otras ciudades, incorporando conocimientos diferentes. Ya hubo dos casos particulares, y a nosotros nos sirvió porque nos trasmitieron cosas diferentes. No obstante, también hay muchos jóvenes en el club que tienen muchas condiciones, pero quizás no tienen la fortuna de poder jugar en otro lado.

-¿Cuál es el objetivo para este año?
-El 2 de marzo, estamos invitados a disputar partidos de pretemporada en Chajarí, y son importantes para fortalecer el ritmo de juego. El objetivo principal para este año es ir en búsqueda del campeonato. Tengo el sueño de gritar campeón antes de retirarme.

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