Emiliano Challier, jugador de Parque de Villaguay: «La unión y la lealtad son los valores que hacen al rugby»

Los protagonistas escriben su propia historia. Son pioneros de su propio relato, dónde cada capítulo extracta y se asemeja a una escultura tallada, a la creación de una estatua de mármol, pero hecha con sudor y lágrimas. Asentado con tenacidad en un entorno repleto de infortunios constantemente y se afrontan sin importar su magnitud.

Y esta es una figura homogénea que habita en cada club de Entre Ríos. Sin capa ni espada, simplemente una lumbrera con una notable perspicacia que avanza desmesuradamente con sus aspiraciones personales y en conjunto con pasos agigantados en su institución.

De esta manera, se puede citar a Emiliano Challier, un referente de Parque de Villaguay y del rugby del Desarrollo Entrerriano en las últimas temporadas. El segunda línea, capitán del elenco villaguayense, dialogó con Tercer Tiempo, repasó su historia en el mundo de la ovalada y como discurrió e influenció la filosofía en su vida.

SENSACIONES

-Una vida relacionada al deporte desde la niñez…
-Sí, desde chico. Nací en San Salvador y en mi etapa juvenil jugué al básquet y al fútbol, ya que son los deportes más populares de la ciudad. No obstante, siempre me gustó el rugby pero no podía entrenar porque no existe allá. Sin embargo, había algo que me atraía y trataba de seguir la actividad de diferentes competencias e incursionar en el reglamento para entender más el juego.

-¿Y cómo se produjo tu conexión con el rugby?
-Mi vínculo con el rugby empezó cuando era grande. Pude comenzar a practicar cuando me fui a estudiar una carrera universitaria a Esperanza, Santa Fe. Conocí chicos que jugaban en algunos clubes de distintas ciudades aledañas. Los muchachos que no pertenecían a las entidades de la localidad que estábamos estudiando, se juntaban a entrenar y era un pasatiempo. Desde ese momento, arranqué a involucrarme y con el transcurso del tiempo comprendí más el juego, pero nunca competimos de manera oficial en un club.

-¿Y cuándo te calzaste una camiseta por primera vez para competir de manera oficial?
-Me recibí de Ingeniero Agrónomo en 2013 y por diversas circunstancias me trasladé a trabajar a Corrientes. Pasó el tiempo y en 2015, conocí a unos chicos que defendían los colores del Goya Rugby Club –conjunto que disputa el Torneo de Desarrollo Correntino-. Me uní a ellos, pude prepararme y fui parte del plantel por dos temporadas y luchamos por el campeonato.

-¿Y cómo continuaste?
-Luego, retorné a San Salvador y no dudé un segundo en sumarme a Parque, ya que es el club más cercano a mi ciudad. Quería seguir jugando al rugby y hace tres años que estamos tirando para adelante con los muchachos.


Emiliano, es Ingeniero Agrónomo y reside en su territorio natal. Por su oficio, tiene arroceras a cargo en la tierra que lo vio nacer y Chajarí, en Entre Ríos, así como en Monte Caseros y Curuzú Cuatía, en Corrientes. Sin embargo, la carga horaria que demanda su trabajo no es un impedimento para asistir a los entrenamientos. “Me organizo para no faltar y viajo entre 40 minutos y una hora para llegar”, aludió.


-¿Te sentís querido en Parque?
-Cuando llegué, todos los muchachos me abrieron las puertas y me dieron su cariño. Me siento parte de la vida de ellos y no hace mucho tiempo que estoy en la institución. Intento devolverle y aportar desde el lado que me toque, porque es una entidad grande, con gente increíble y se lo merece.

-En el tiempo que llevas en el ámbito… ¿Pensás que debés agradecerle a alguien?
-Sin lugar a dudas, hubo muchas personas que me marcaron, siempre te queda algo de cada uno. Pero, en primera instancia, la enseñanza que me dejó Franco Ferrari y Gerardo Rámirez, los voy a llevar toda la vida, porque fueron quienes me bancaron desde el comienzo en Goya y me forjaron como jugador. Estoy muy agradecido a ellos. Por otro lado, Gastón Vega, José Almada y los chicos de ‘Sansa’ me ayudaron muchísimo, en Villaguay. Son personas que se sacrifican y son muy insistentes con sus ideas. Sin ellos, algunos hubiesen bajado los brazos.


En este sentido, el jugador de 30 años, también destaca el compromiso que tiene el club con las divisiones juveniles y dijo que “le gustaría tener tiempo para ayudar al club con las categorías infantiles” porque elucubró que “es un trabajo de hormiga el que llevan adelante”.


Emiliano Challier (a la derecha en la primera imagen) junto a su amigo Franco Ferrari, vistiendo la camiseta del Goya Rugby Club. Luego de tres años, se volvieron a reencontrar en el Hexagonal de Selecciones de Desarrollo, esta vez con los colores representativos de Entre Ríos y URNE.

-Fuiste parte del plantel de Desarrollo de la Unión Entrerriana de Rugby en las últimas dos temporadas, ¿qué significa para vos?
-La participación en la UER me enriqueció en lo personal y deportivo. Para mí, era un sueño cumplido. Cabe destacar que, se armó un buen grupo humano y conocí buenas personas. Además, entendí todas las realidades de los clubes del Desarrollo Entrerriano y me di cuenta que hay muchas cosas que nos relacionan. La comunicación con los demás chicos, me ayudó a reconocer otras variantes para poder crecer en la institución y trato de aplicarlo en lo mayor posible. Destaco que, la unión te refleja la realidad y genera trabajar para los juveniles. Es muy importante laburar adentro de la entidad y convertirse en alguien que empuje hacia adelante.


El salvadoreño se convirtió en una pieza fundamental en el seleccionado del Desarrollo de Entre Ríos. Participó en el Seven de Paysandú, en 2018, y en el Hexagonal de Selecciones de Desarrollo llevado a cabo en Santo Tomé, en noviembre de 2019.


-En los últimos años se reflejó el crecimiento del club. Pero, ¿qué sentís que le falta?
-Es una institución colosal porque cuenta con un gran número de disciplinas y la infraestructura se encuentra en buen estado. Quizás, nos falta sumar más gente y creo que en Villaguay no tienden a practicar deportes. Es una ciudad académica, por lo tanto, contamos con estudiantes, gente del ejército y los salvadoreño que nos incorporamos. Sería muy conveniente sumar más personas para tener recambio, entrenar mejor y tener una sana competencia para ganarse el puesto entre los titulares.

El plantel en una producción de Tercer Tiempo, en la previa al Hexagonal de Selecciones de Desarrollo 2019.

-¿Qué representa el rugby en tu vida?
-Comenzó como algo para distenderme. Vivía en el campo y debía transportarme 50 kilómetros a la ciudad para entrenarme. Hacía un empeño tremendo para seguir, pero era un cable a tierra porque me distraía y me sacaba de mi cotidianidad, y lo hago porque realmente me gusta. Ahora, somos cinco chicos que viajamos a Villaguay para ponernos a punto y todos hacemos un sacrificio enorme.

-Más allá de los valores y la ideología que promueve este deporte, ¿qué es lo que más te gusta del juego?
-Desde mi punto de vista, jugar en el barro debe ser una de las cosas más lindas del rugby. Son excepciones, pero se disfrutan muchísimo. Recuerdo uno de los primeros partidos en Goya, dónde las temperaturas eran muy bajas, con el intermediario de la lluvia y un suelo intransitable. Las condiciones eran totalmente adversas y el esfuerzo físico se debió redoblar. Perdimos el encuentro, pero nos divertimos inmensamente y fue algo que me marcó. Se transformó en una enseñanza a causa que me di cuenta que muchas veces no alcanza a pesar de todo.

-¿Qué subrayas en tu carrera deportiva?
-En el poco tiempo que llevo en el ámbito, reconozco muchos logros. Para mí, es muy importante haber jugado a un buen nivel en diferentes competencias de dos provincias. Ser el capitán del equipo y vestir los colores distintivos de Entre Ríos, fueron un gran premio en mi carrera deportivo y son una de las cosas más lindas que viví.

-¿Cuáles son tus próximos objetivos?
-En el momento que acabe la pandemia, espero que podamos retomar las actividades y al club le vaya bien. En el contexto físico y deportivo, el año pasado sacamos a lucir el vigor y afrontamos la temporada con valentía teniendo en cuenta nuestros rivales. Exceptuamos algunos cotejos que sufrimos en el resultado, pero luchamos de igual a igual frente a adversarios muy complicados. En el último certamen, nos quedamos con la Copa de Bronce, pero este año queremos pelear por la Copa de Oro.

-¿Qué sueños tenés a mediano- largo plazo?
-Algún día me encantaría que en San Salvador se instaure el rugby. Anhelo que en la ciudad donde nací, pueda conocer los valores, la unión, la lealtad y el sacrificio que conlleva este deporte porque todo se realiza a pulmón. Siempre que me necesiten voy a estar para ayudarlos.

Para concluir, el forward valoró y señaló la labor de Tercer Tiempo en la difusión del rugby provincial. «Tercer Tiempo acerca a los clubes entrerrianos mediante propuestas y lleva a que estemos pendiente de la información que nos brindan», dijo y concluyó: «Toman un rol determinante para que el rugby se explaye por todo Entre Ríos y se debe destacar».

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