La gente le dio el marco ideal a un evento trascendental que tuvo un colorido inmejorable, acorde al de las grandes realizaciones deportivas a nivel mundial. Gabriel Baldi, desde La Plata

Un marco imponente decoró del mejor modo un espectáculo de notable envergadura, tal como el que ofrecieron por la 4° Fecha del Rugby Championship, Los Pumas y los All Blacks.

En La Plata, carteles, pasacalles, afiches, pancartas y avisos de notables dimensiones daban cuenta del evento que por segunda vez tuvo a la ciudad de las diagonales como anfitriona.

El centro, el tradicional bosque platense y las inmediaciones al imponente Estadio Único reflejaron un gran clima de fiesta. 

En las afueras de la cancha los stands de las firmas que patrocinan a la Unión Argentina de Rugby le dieron a la previa el entretenimiento ideal para los asistentes al match, que llegaron desde diferentes puntos del país y del exterior.

Espectadores de Buenos Aires, Tucumán, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Mendoza, Salta y Entre Ríos, dijeron presentes para brindarle su aliento al seleccionado nacional y observar un despliegue de jerarquía como el que imponen los poderosos neozelandeses. Hubo también, hinchas extranjeros que llegaron al país y se dieron el gusto de asistir al match, no solo desde Nueva Zelanda, sino también turistas de Europa.

Entre los fanáticos, hubo un número no menor al de los 100 hinchas de Entre Ríos, que llegaron entre grupos de amigos y delegaciones. Representantes de los clubes que la integran la UER estuvieron en la capital de la provincia de Buenos Aires, principalmente provenientes de Estudiantes, Rowing y Tilcara.

Por su parte, más de 100 periodistas argentinos se acreditaron para cubrir el partido para distintos medios de comunicación y alrededor de 15 reporteros neozelandeses se registraron para cubrir las alternativas del mismo. 

Ex Pumas de distintas épocas presenciaron el juego como en cada oportunidad que el seleccionado se presenta, al igual que los familiares de los actuales jugadores.

Las tribunas casi colmadas, tuvieron al grupo Los Pericos tocando en la previa y parecieron “estallar” al ver a los equipos dar sus primeros pasos sobre el césped, en el precalentamiento.

El ruido imponente y el sonido de la música y la voz del estadio retumbaron por varios metros a la redonda del estadio, con los gritos del público y las expectativas que se hicieron notar. Infaltable en las tribunas: la ola.

Durante el pleito, la ansiedad y la algarabía fue el común denominador de los casi 50 mil espectadores que disfrutaron de un encuentro espectacular.

El rumor

Duendes y La Tablada disputarán en Rosario el sábado próximo, una de las semifinales del Torneo del Interior y en ese marco, el encuentro podría llegar a desarrollarse de manera preliminar al de Argentina – Australia, en el Estadio Gigante de Arroyito, del Club Atlético Rosario Central.