En conmemoración del 80° aniversario de la llegada de este deporte a la institución, el Club Atlético Estudiantes tuvo un día festivo en su sede del Parque Urquiza. Rugby, color y calor, fue la constante en un sábado particular, que culminó con una gran celebración.Tercer Tiempo

Son 80 años de historia que no cualquier entidad tiene el honor de cumplir. El Club Atlético Estudiantes lo hizo. Su gente celebró dicho aniversario e incluso lo compartió, haciendo partícipe del acontecimiento a todo el deporte regional. 

Fue realmente una fiesta. Un acontecimiento de primer nivel que tuvo como anfitriona a la sede central de la institución, sita en el Parque Urquiza. 

Un considerable número de allegados al club y al rugby litoraleño en general se reunieron en una jornada que se extendió desde las primeras horas de la mañana hasta la madrugada de hoy, cerrándose tras minutos de fuegos de artificio, con un destacado Cuarto Tiempo de mucho glamour. 

También hubo rugby. Tres partidos le dieron el marco deportivo a una celebración que contó con destacadas presencias.

Con mucha alegría

Sin lugar a dudas que la sonrisa en cada rostro fue el común denominador de la fecha. Del primer al último presente se alegró por intervenir y disfrutar de encontrarse con amigos, en un evento multitudinario. 

La jornada dio inicio cerca del mediodía con un almuerzo de dirigentes de la entidad e invitados especiales. 

Luego llegaría el primer encuentro de la tarde, con el choque del tercer conjunto albinegro frente al combinado denominado Invitación UER, compuesto por distintos jugadores que representaron a los equipos paranaenses. 

En un cotejo atractivo, el CAE cayó 33 – 14, con el arbitraje de Mario Romero. 

En segundo término, el santafesino Emilio Traverso impartió justicia entre la Reserva de Estudiantes y el Club Universitario de la vecina capital provincial, la entidad más añeja de la ciudad de Santa Fe. 

La paridad se adueñó del marcador de ese encuentro, al finalizar el mismo con los guarismos en 21 por bando. 

Después de los dos primeros partidos y en el intervalo previo al cruce de fondo, tuvo lugar un convocante desfile de camadas, en el que representantes estudiantiles de distintas épocas recorrieron el campo de juego con carteles alusivos a su año de nacimiento hasta llegar al punto central, donde se tomó la Foto del Rugby del CAE. 

En la ocasión, se juntaron distintas categorías del rugby albinegro con rugbiers que en muchos casos se encuentran residiendo fuera de Entre Ríos; otros que dejaron el deporte por distintas razones; varios que se retiraron y hoy en día están vigentes colaborando con el club de una u otra forma, así como los que aún juegan para la institución en diferentes niveles. 

Y tras el destape de una placa conmemoratoria, se dio el kick off del encuentro principal, el de la Primera División del Club Atlético Estudiantes ante el representativo denominado Invitación Litoral, formado por jugadores de los clubes de referencia en la región. 

Finalmente, con el referato de Víctor Rabuffetti, 57 – 33 ganó la visita en un match en el que ambos buscaron desplegar la pelota intentando desde diversos sectores del terreno. 

En horario vespertino, las actividades continuaron con la clásica “apertura de tumba”, un ritual que se repite cada diez años en el que se retiran mensajes depositados hace una década y se dejan nuevos recados. 

Mientras que, para finalizar, el acontecimiento tuvo en pleno cancha de rugby una gran cena de gala, de la cual participaron alrededor de 800 personas. 

“Apostamos a una fiesta verdaderamente grande. Creemos que el rugby del club se lo merece. Estamos orgullosos de llevar adelante un evento de este magnitud, que ameritó que lo compartamos con todos”, sintetizó Nelson Di Palma, presidente de la Subcomisión de Rugby del CAE. 

Con bombos y platillos, a pura orquesta y color en el cielo con fuegos artificiales comenzó el posterior festejo nocturno. 

Y la fiesta continuó y prevé seguir, con el paso del tiempo, a paso firme y con convicción, por muchos años más.

Foto: Jano Colcerniani