Se trata de otra de esas tantas historias que hacen a la esencia propia del rugby. La misma esta suscitada en el Torneo Provincial Entrerriano, un certamen magnífico, que hay seguir abonando, no solo para sostenerlo, si no para que se siga fortaleciendo y crezca en todos sus sentidos.
El cónclave del Desarrollo es excepcional, no solo por la pasión y entrega que transmiten los protagonistas, sino también por su entorno, que descubre día a día en cada rincón de esta geografía, a esta disciplina maravillosa y los valores que reúne.
El domingo en Nogoyá sucedió algo fantástico y para el caso, el resultado entre Nogoyá Rugby Club y Camatí (21-24), un cotejo sumamente entretenido, es meramente anecdótico.
El cruce entre ambos por la decimotercera jornada del certamen que organiza la UER, dejó una nota color para destacar y fue justamente durante un momento cuyo trámite del encuentro se encontraba muy reñido y parejo.
En una situación aislada del partido, Joaquín Molina, jugador de Camatí, alcanzó a entrar al ingoal adversario y apoyar, aunque lo hizo de manera previa a chocar a un contrincante, girar y caer sobre el touch-ingoal. El referee convalidó el try, pese a que en verdad el mismo no había existido.
La situación se volvió tensa, entre reclamos y discusiones por parte de los dueños de casa, sumado a los de algunos simpatizantes. Y fue ahí cuando el mismo Molina reapareció en escena y se sinceró ante el juez: “Señor, no fue try, antes de apoyar pisé afuera”.
Sin lugar a dudas, esa concreción hubiera modificado la estructura del partido en un momento caliente. Sin embargo, primó el espíritu del rugby, lo que está por encima de cualquier resultado, valores inalterables de esta disciplina.