Sebastián Bonvin, jugador de Colón RC: «El rugby es mi cable a tierra»

El rugby deja su huella por donde transita, y empapa de pasión como una garúa persistente de un día gris en invierno a todos aquellos que de alguna manera u otra, se relacionan con esta maravillosa filosofía. Y Entre Ríos es un paradigma. Miles de historias envuelven a la provincia y cada club es un mundo diferente, pero unidos por la misma ideología.

Esta vez, la mirada se enfoca en el oeste del territorio provincial ubicado a la vera del Río Uruguay, cabalmente en Colón. Allí, Sebastián Bonvin se desempeña en el club homónimo que compite en el certamen que reúne a los clubes del Desarrollo.

En una charla muy amena con Tercer Tiempo a través de una comunicación telefónica, el forward del conjunto colonense, elucubró y dio cuentas de su vínculo con la ovalada, una relación perenne.

SENSACIONES

-¿Cómo y cuándo comenzaste a jugar al rugby?
-Empecé a jugar a este deporte en 2011, tenía 14 años. Un amigo ya entrenaba en el club y me dijo si me animaba a sumarme, entonces, nos involucramos con mi hermano. En un primer momento, mis padres no querían porque era “un juego violento y nos lastimaríamos”. Más allá de eso, igualmente decidimos ir a practicar y fuimos por primera vez a una canchita que tenía el Club Defensores.

-¿Qué recuerdos tenés de esa época? ¿Practicaste otro deporte anteriormente?
-Jugué al futbol y debí dejarlo porque me enfermé, tuve neumonía y me llevó mucho tiempo recuperarme, ya que no podía realizar actividades físicas. Por suerte, me pude reponer y comencé a jugar al rugby.

-¿Y te sentiste cómodo desde el primer momento?
-Me gustó muchísimo desde el principio. Lo hice porque siempre tuve una buena contextura física y era bastante bruto para los deportes –dijo entre risas- y encajé perfectamente, había encontrado un lugar adecuado para mí.
Sentía que el ambiente era distinto, en comparación a lo que se vive en otros deportes. Siempre fomentaban la unión y el compañerismo, en un marco de amistad, percibía que todos me apoyaban, tirábamos para adelante y que jamás me iban a abandonar en los malos momentos. En este sentido, me dejó una gran cantidad de amigos de diferentes lugares y, sin lugar a dudas, este tipo de cosas me marcaron desde el arranque.


El octavo, de 23 años, señala que ir al gimnasio y nadar, se han convertidos en hábitos imprescindibles en su rutina. Además, el jugador trabaja en el sector de mantenimiento del Complejo Termal de la localidad y anhela concluir el curso Guardavidas.


-¿Te acordás como fueron los primeros partidos?
-Recapitulo que llevaba menos de un mes entrenando  y jugamos un partido en la categoría juvenil M2. Me acuerdo que debuté como segunda línea, no entendía nada del juego –deslizó con gran regocijo- y el primer tackle que realicé fue en el cuello y me sacaron amarilla… Es inolvidable. Recién iniciaba este camino, pero tuve paciencia y, poco a poco, le agarré la mano a este deporte.

 -¿Y cómo fue con el plantel superior?
-En primera división debuté siendo bastante joven, junto a jugadores que eran más grandes y tenían mucho tiempo en la cancha, pero nunca me afectó la diferencia generacional porque me gustan los desafíos  y jamás consideré tener miedo al impacto. Me sentía cómodo al competir con el plantel superior y fue lo mejor que me pasó en ese momento.

-Te consagraste campeón del Ascenso del Torneo Provincial Entrerriano, en 2016. ¿Qué significa ese logro deportivo? 
-En el 2016 nos trazamos el objetivo de salir campeones y se nos dio. Fue una gran alegría porque era un equipo que la venía peleando hace tiempo y continúa en crecimiento. Por otro lado, personalmente, cumplí un sueño. Colón RC es un club que no tiene techo para entregar inconmensurablemente.

-Te calzaste los colores de la Unión Entrerriana de Rugby en varias ocasiones. ¿Qué sentiste?
-Vestir la camiseta esa camiseta fue muy lindo. Comencé a participar del seleccionado de Desarrollo cuando tenía 17 años y tras disputar algunos partidos, fui parte del plantel que hizo la gira por Ecuador. Teníamos un buen nivel y se convirtió en una etapa espectacular en mi vida.

-¿Que te dejó?
-Me marcó el compromiso que debes tener para calzarte los colores de Entre Ríos. Me dejó mucho de aprendizaje y siempre traté de aplicarlo en la institución. Soy entrenador de una de las categorías juveniles del club e intentó trasmitirlo día a día.

-El rugby te entregó muchas alegrías, ¿Qué representa para vos?
-El rugby es un cable a tierra que tengo. Me ayuda a despejarme y divertirme. Sinceramente, me gusta jugar, golpearme, disfrutar el Tercer Tiempo, conocer gente relacionada al entorno. Asimismo, Colón RC significa una parte de mi vida. Estuve en momentos muy difíciles y el club ha estado detrás de mí para que nunca baje los brazos. Es un institución gigante.


En su trayectoria con la camiseta azul y blanca, Bonvin, ha dejado absortos con sus actuaciones a los simpatizantes del elenco de la Capital del Turismo Provincial. Sin embargo, su tarea no sólo se sintetiza en el verde césped, sino que también desarrolla su faceta como entrenador, trasladando sus conocimientos a los menores de 18 años, dónde también dirige a su hermano y dijo que «es un sueño compartir la cancha con él».


-Teniendo en cuenta la situación, ¿cuáles son los próximos objetivos?
-Quiero seguir entrenando para recuperarme completamente de la operación en la rodilla. Voy a seguir haciendo énfasis en las categorías juveniles porque siempre trato de aportar mi granito de arena a los colonenses.

-Para concluir, ¿tenés alguna cuota pendiente que te gustaría saldar en tu carrera deportiva?
-En algún momento, me encantaría jugar afuera de Colón y sería un gran reto, porque creo que reúno las condiciones y puedo hacerlo. Todavía soy joven y si surge una posibilidad, lo aceptaría.

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