«Esto que te estoy diciendo, aunque no tan profundamente, ya lo he hablado con algún dirigente.» Patricio Albacete alzó la voz. Por la falta de respuestas, siente que es el tiempo de decir lo que está pasando entre los jugadores y la dirigencia. Tercer Tiempo
La efervescencia que dejó el paso de los Pumas por el Rugby Championship comienza a bajar y el gigante argentino no quiere perder más tiempo. El reclamo es directo: la Unión Argentina de Rugby (UAR) tiene que cambiar. El segunda línea, líder del equipo de Santiago Phelan y hoy el jugador con más experiencia del plantel, habló de lo que nadie se anima a decir en público: «La UAR tendría que hacer mucho mejor las cosas».
A los 31 años, con 52 test-matches y tres mundiales (2003, 2007 y 2011) como foja de servicios, el jugador del Stade Toulousian planta bandera. «Por un lado te dicen que no hay plata y por el otro se están robando no se cuánta plata de costado. Eso genera mucha bronca y malestar en el equipo», dice el rugbier que nació deportivamente en Manuel Belgrano.
No se trata del reclamo aislado de un jugador; aunque no lo diga públicamente, habla en representación de otros. Así, como sucedió tantas otras veces en el pasado, un peso pesado del plantel se pone al frente de los reclamos. La UAR, que hace menos de un mes se vio envuelta en un escándalo por una estafa millonaria y que hoy investiga la Justicia, suma nuevos problemas.
-¿Qué es lo que se hace mal?
-Hoy la UAR tiene un presupuesto de 20.000.000 de dólares anuales y le falta gente capacitada para administrar esa plata. A lo mejor habría que generar una estructura como la que hay en algunos clubes de Europa. Te hablo por ejemplo de la del Toulouse, que es la que más conozco. Ellos tienen una asociación que se encarga de la parte amateur y los juveniles, y una parte profesional que se encarga de administrar el presupuesto anual, contratar los jugadores y la parte comercial, entre otras cosas. Creo que la UAR tiene un presupuesto con el que se podrían hacer un montón de cosas y no veo que se hagan.
-Pero desde hace un tiempo que la UAR tiene una estructura profesional. ¿Creés que no se trabaja de manera eficiente?
-Hay mucha gente que trabaja muy bien, no tengo dudas. Toda la gente que sigue a los jugadores trabaja muy bien: los entrenadores, los médicos, kinesiólogos, Rafa Laría [jefe de prensa], el Larva [Rodrigo Jiménez Salice, el manager], no hay nada para reprocharles. También sé que Sol Iglesias [gerente] hace todo muy bien; de hecho es nuestro nexo con los dirigentes y siempre está pendiente de todo. Después no sé… La realidad es que nosotros venimos a la Argentina y nos entrenamos en el anexo del SIC, gracias a que el club nos presta las instalaciones, pero no hay instalaciones adecuadas para trabajar.
-¿Qué es lo que falta?
-Sería importante hacer un centro de alto rendimiento. Hay muchos nuevos ingresos, pero no se prioriza a los jugadores. Te doy un ejemplo: por recomendación de los preparadores físicos queríamos unos sensores que eran muy importantes para trabajar, ya que con ellos se mide el cansancio y el ritmo de entrenamiento, entre otras cosas, y eso lo compramos los jugadores. Nosotros hacemos un montón de sacrificios por jugar en los Pumas y todos jugaríamos gratis, pero nos gustaría ver que al lado hay un proyecto. Que hay algo que favorezca a los jugadores. Sentimos que está todo organizado al revés.
-¿A qué te referís?
-Tenemos viajes de 40 horas, los chicos del interior vivieron de a nueve en una casa sin Internet durante dos meses y dos tuvieron que compartir una cama. Ese tipo de cosas son muy duras cuando te tenés que entrenar todos los días. Hay que priorizar más la comodidad y la recuperación del equipo. Tener una mejor estructura.
-¿Estas fallas ocurren por desidia o falta de experiencia?
-Es un poco de todo. Pero no es excusa, hay un presupuesto para hacer cosas muy interesantes y eso no sucede. Siempre que negociamos los premios nos dicen que no hay plata; pero repito que no es nuestro objetivo, pero uno quiere tratar de compensar la pérdida que tuvieron algunos jugadores como Manucho Carizza, Euse Guiñazú, Horacio Agulla, u otros, que tuvieron que bajar la plata de sus sueldos para jugar el Rugby Championship. Los premios son una compensación por el dinero que los jugadores perdieron. Tratamos de evitar que sea perjudicial para el jugador venir a participar del Rugby Championship.
-Pero nadie se quejó o protestó antes.
-Todo el mundo vino a jugar por el amor que le tiene a la camiseta. Pero por un lado te dicen que no hay plata y se están robando no se cuánto por el costado. Eso genera mucha bronca y malestar en el equipo.
-¿Cuál es tu posición respecto del escándalo que atraviesa la UAR por la estafa millonaria?
-No estoy muy al tanto del tema, pero me parece un papelón que se esté hablando de este tipo de cosas. Quiere decir que no hay control y que la estructura evidentemente no funciona. La verdad que es muy feo que en el medio del campeonato, para que el que se luchó tanto para entrar, y una vez que la UAR tiene empresas que apuestan a poner plata para ayudar a los Pumas para que el rugby crezca, sucedan este tipo de cosas; es un papelón y hace quedar mal a todo el rugby argentino.
-¿Qué tipo de relación tienen hoy con la dirigencia?
-La verdad es que no tenemos mucha relación. Nosotros nos manejamos con el staff y relación con la dirigencia, salvo por dos o tres reuniones que tuvimos, no hay. Me gustaría un poco más de apoyo de parte de la dirigencia. Sobre todo con el tema de la cesión de jugadores para las ventanas y el Rugby Championship.
-¿Hay dirigentes que hacen negocios en la UAR?
-Yo no sé si es así. Tampoco me permitiría hablar mal de nadie sin saber, pero si en algún momento se confirma sería una gran desilusión y un papelón para el rugby argentino. Sería algo horrible. Nos quejamos de que es algo que pasa en otras esferas políticas y estar haciendo lo mismo en un deporte en el que nos caracterizamos por tener otro tipo de valores la verdad es que me parecería muy malo para el rugby.
-Pensando en el futuro, ¿qué es lo que hay que cambiar?
-Estaría bueno que se apueste a desarrollar un centro de alto rendimiento; sería ideal. Un lugar donde entrenen los seleccionados nacionales, con su estructura y comodidades y donde haya realmente instrumentos de primer nivel para seguir creciendo en el rugby. Lo del Pladar es muy bueno, pero no nos tenemos que quedar. Tenemos que seguir mejorando.
-¿Por qué decís esto ahora?
-Porque antes no era el momento. Nosotros somos jugadores rugby y encima lo teníamos que hacer bien. Bien preparados físicamente y muy concentrados en el juego porque estábamos ante la máxima competencia mundial. No nos podíamos permitir salirnos del foco. Sentimos con muchos de los chicos que lo último que se prioriza es el equipo.
-¿Sos consciente que todo esto, sumado a la investigación judicial en marcha por la estafa, generará mucho malestar?
-No lo hago con espíritu destructivo. Me gustaría que se pueda crecer, nada más. En un montón de cosas los jugadores tenemos que ser más escuchados. Para todo hay que pelear. Por ejemplo, a la gira por Oceanía, a la que fuimos 28 jugadores, querían llevar sólo un kinesiólogo. Quieren jugar la Fórmula 1 del rugby y no nos llevan los mecánicos. Es importante que haya gente de experiencia que acompañe al jugador.
-Alguno podría pensar que se trata de un reclamo personal. ¿Hablás en representación de tus compañeros?
-No quiero exponer a nadie, hablo por mí. Algunos comparten mi pensamiento y otros no, pero te repito que no lo hago con espíritu destructivo. Como nosotros todavía tenemos muchísimo para mejorar en la cancha para ser un equipo de primer nivel, la UAR, para estar a la altura de los mejores, tiene mucho por mejorar.
-¿Qué hace falta para que no sigan los problemas en noviembre?
-Que haya más apoyo y que no nos dejen a los jugadores tan solos resolviendo todo. Por suerte tenemos un grupo increíble de jugadores y el staff, que están todos dispuestos a dejar todo por los Pumas. Porque si no, las cosas podrían haber terminado de otra manera.
Por Santiago Dapelo, La Nación
Foto: Gabriel Baldi