Maximiliano Lasbias, referente de Sirio Libanés: «No hay sensación más linda que estar adentro de una cancha»

Desde hace algunas semanas, Tercer Tiempo decidió traerles a sus lectores las historias de los protagonistas del rugby de nuestra región. En esta ocasión nos transportamos a Nogoyá para hablar de uno de los referentes y participe del rugby del lugar: Maximiliano Lasbias.

Con inicios en Nogoyá RC y  paso en Capibá, el jugador y técnico es uno de los pioneros del deporte en Sirio Libanés, equipo del Torneo Provincial que en la última edición se quedó con la Copa de Plata en su tercera presentación en el certamen.

– ¿Cómo te iniciaste en el rugby?
– Al rugby lo conocí por medio de un amigo que empezó a jugar en Estudiantes cuando iba a la secundaria. En el verano, después de terminar las clases, nos comenzó a enseñar junto a unos amigos. Un año después, en 1999, decidimos armar un equipo en Nogoyá RC, que en ese tiempo debía estar conformado por menores de 17 años, y ahí comenzó el rugby en Nogoyá. Años anteriores hubo rugby en la ciudad pero no de forma constante, luego, en el 99′, comenzó a ejercerse de manera ininterrumpida hasta el año 2013 que no hubo pero después se reanudó hasta el día de hoy.

– ¿Cómo tomó la ciudad la llegada del rugby?
– En ese año (1.999) competimos oficialmente, lo que generó un gran impacto en la ciudad. Si bien no era un deporte conocido, llamaba la atención por lo que tuvimos el apoyo de mucha gente que se fue sumando a ver los partidos. También hay que agregar que los medios de comunicación de la ciudad nos dieron mucha difusión y eso ayudó bastante.

– ¿Como se dió esa transición de Nogoyá RC a Sirio? 
– Terminando la temporada 2.012 hubo un par de diferencias con la comisión actual de Nogoyá RC, de la cual muchos éramos parte. Por ese motivo varios dejamos de jugar y no hubo rugby en el 2.013; luego en 2.014, varios volvieron al club mientras que yo y tres chicos más nos fuimos a jugar a Capibá. En 2.015, cuando nace mi segundo hijo, por una cuestión de tiempo no pude seguir jugando en Paraná por lo que decidí, junto a varios compañeros que no estaban jugando, presentar un proyecto en Sirio Libanés.

– ¿Como era la idea del proyecto al principio? 
– Cuando arrancó el proyecto en 2.015, se empezó con juveniles ya que la primera no era prioridad en ese entonces. Luego, al entrenar a los mismos, comenzaron a sumarse chicos que no estaban jugando, que anteriormente pertenecían a la primera de Nogoyá Rugby. Se empezó a armar una movida para jugar tocata una vez por semana y así se fue armando la primera. Posteriormente comenzaron a llamarnos unos chicos de Victoria que conocía para ver si se podían sumar y saber acerca del proyecto. Terminando el 2.015 alcanzamos a hacer un entrenamiento en conjunto con Capibá por lo que jugamos una especie de amistoso; ya para el 2.016, al ver que teníamos un buen número de jugadores se decidió entrar por primera vez al Torneo Provincial con la primera división.

– Anteriormente mencionaste tu paso por Capibá, ¿como fue la experiencia?
– Llegué por intermedio de Clemente Minicucci, que en ese momento era el entrenador de la primera de Capibá, y como yo no venía jugando, me convenció de volver a entrenar por lo que me fuí con tres chicos más. Viajabamos todos los jueves a entrenar y los domingos a jugar, en caso de haber partidos importantes entrenabamos los martes también. La verdad que me sentí muy bien, creo que fue uno de mis mejores años en lo personal. Los chicos y toda la gente del club me trató como uno más de la casa así que no me costó adaptarme; hice muchísimos amigos y me fue muy bien en lo deportivo.

– Sufriste una dura lesión durante tu paso por Paraná…
– Tuve la mala suerte de quebrarme en el partido previo a los play-off así que lamentablemente no pude jugar la semifinal ante San Jaime y la final con CUCU. Me quedó la espina de no poder completar el año.

– Y a pesar de la lesión decidiste seguir jugando al rugby sin problemas..
– Sin dudas. Lesiones he tenido varias a lo largo de mi carrera pero eso no ha sido impedimento para volver a recuperarme y seguir jugando. De hecho, la más dura fue con Sirio a mediados de 2018 cuando me quebré tibia y peroné por lo que estuve todo el año y parte del 2019 sin jugar. En ese momento asumí el rol de entrenador, anteriormente había dirigido divisiones juveniles pero nunca la primera. Junto a Tristán Cardozo tomamos el compromiso de agarrar la primera división en 2019 y, si bien este año no hay actividad, veremos qué nos depara el próximo.

– ¿Cómo se ven los partidos siendo técnico y jugador?
– Estar dentro de la cancha es lo más lindo que le puede pasar a un jugador. Esos nervios, esa adrenalina, esas ganas de querer ganar, compartir esos 80 minutos con tus compañeros, con los que entrenaste toda la semana y todo el año, es lo más lindo que te puede pasar. De afuera es muy distinto, me costó muchísimo ya que me ponía muy nervioso, lo que me costó un par de partidos entender de que tenía que transmitir tranquilidad y entender que yo era el «estratega»; y si bien son los chicos los que juegan, siguen un planteo, en este caso el mío. Son dos experiencias muy lindas, ser entrenador me gustó más de lo que esperaba pero no hay sensación más linda que estar dentro de la cancha.

– ¿Te sorprende el presente de Sirio Libanés? 
– No sé si me sorprende. Sé el equipo de trabajo que tiene el club, son muy responsables y les encanta progresar. Si bien no somos muchos los que estamos atrás, le ponemos muchas ganas a las cosas para que salgan. El club, en este corto tiempo a crecido muchisimo a pesar de que este año no haya actividad debido a que las categorías «M» no venían bien y en primera somos los campeones de la Copa de Plata. Habrá que redoblar esfuerzos para el año que viene.

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