La nueva vida de Daniel «Pollo» Insaurralde vinculada al rugby chileno

Llegó a Chile por un proyecto familiar y su pasión por el rugby no podía tenerlo alejado del deporte por mucho tiempo. De la misma manera había arribado a Italia a fines de los ’80, aunque en épocas de jugador. Allá se radicó, vivó sus mejores años, se formó como entrenador y llevó a cabo gran parte de su vida, que estuvo siempre ligada al deporte de sus amores.

Ayudó también a la inserción de jugadores en aquel país y entre otros, impulsó en sus inicios la carrera del entrerriano Martín Castrogiovanni, quien hoy es ídolo de los tanos.

El paranaense Daniel Insaurralde, surgido en el Club Atlético Estudiantes, traslada sus conocimientos y energía con mucho carisma por donde sea que vaya. Desde hace tres temporadas lo hace en Chile, un país cuyo rugby está en plena ebullición.

A los 50 años le llegó la experiencia de ser padre de Darina, su nena que hoy tiene cuatro años y comparte sus días junto su mujer, María, de origen ucraniano a quien conoció en Italia.

“Un proyecto de mi esposa nos hizo barajar la posibilidad de arraigarnos en Chile y por la cercanía con Argentina y las costumbres parecidas, nos pareció una buena idea instalarnos acá. Desde lo personal, quería seguir vinculado al rugby, por eso logré insertarme en la Federación Chilena, donde llevó adelante mi trabajo con mucho entusiasmo”, expresó el Pollo, como es conocido en el ambiente.

-¿Cómo fue tu inserción en el rugby chileno?
-Al llegar comencé entrenando divisiones juveniles en el Príncipe de Gales Country Club y después, fui introduciéndose más en la Federación Chilena. El uruguayo Pablo Lemoine (Head Coach de los Cóndores y de la franquicia Selknam) vio en mí, un lugar ligado más a la faz organizativa, como manager y fue entonces que empecé a desenvolverme profesionalmente en ese rol. Estoy realmente muy feliz de poder desarrollarme en este nivel. Me tocó cambiar un tanto el perfil que traía como DT, pero esto también sirve para crecer, conocer y perfeccionarse en otras ramas que ofrece el rugby de alta competencia. Para despuntar el vicio entreno una división juvenil en un club de Santiago de Chile. El rugby chileno está en pleno ascenso y considero muy buena la oportunidad de expansión.

-¿En qué consiste específicamente tu rol?
-Soy manager de los seleccionados chilenos y la franquicia Selknam de la Superliga Americana. Es decir, trabajo en la organización de las estructuras por fuera de la parte técnica. Me desarrollo en todo lo que tiene que ver con la logística y administración de cada área de la Federación Chilena. Cuento también con la colaboración de otros managers y un director deportivo, pero el trabajo como manager en sí y más a nivel profesional, requiere mucho tiempo e implica estar en el medio de todo. Es básicamente un termómetro entre jugadores, staff y la Federación. Es un rol más que interesante que no te permite estar quieto ni un segundo.

-¿Qué diferencias ves entre el desarrollo del rugby chileno actual y el italiano de la década del ’80 que te tocó afrontar?
-El rugby chileno necesita una reorganización desde lo técnico y a partir de su Federación, pero está trabajando para lograrlo. El rugby en Chile es muy conocido, hay muchos colegios ingleses y clubes con tradición en este deporte.
En relación a Italia, en Chile es más sencillo el trabajo principalmente con los estamentos juveniles porque el conocimiento del deporte está. Lo que hay que hacer es mejorar desde lo técnico y en las capacitaciones a los entrenadores. Pero a futuro ofrece muchas condiciones para seguir creciendo.
En Italia el reclutamiento de jugadores siempre fue más difícil porque nunca existió una estructura como la que hay en Chile, por ejemplo, con los colegios, que enseñan rugby. También, tiene otra realidad desde el punto que Italia juega un Seis Naciones y lleva mucho tiempo desarrollando a sus juveniles.

-¿Cuán importante fue para Chile la organización de la Superliga Americana?
-Significó un hito en la historia del rugby chileno. Fui muy importante e inclusive sorprendió por el apoyo de la gente y el entusiasmo que generó. Implicó un entusiasmo muy grande que servirá a futuro para el trabajo con las academias y todos los seleccionados. Resultó histórico el triunfo en Montevideo sobre Peñarol y había muchas expectativas con el torneo que lamentablemente por el coronavirus debió ser interrumpido.

-¿Cuáles son los propósitos que trazados por la Federación Chilena?
-Estamos buscando reestructurar el rugby chileno en la construcción del jugador para el futuro. Ese es el objetivo a largo plazo, mientras que a la brevedad, buscamos la preparación de los jugadores para la temporada próxima, que tendrá por delante las eliminatorias rumbo al Mundial y la clasificación para los Juegos Olímpicos. Todo eso dependerá de cómo se salga de esta problemática del coronavirus.

EXPLOSIÓN SOCIAL Y CORONAVIRUS

“Por decirlo de algún modo, este tema del coronavirus frenó la bataola social que había en el país. Había mermado durante enero y febrero y se estimaba volvería a cobrar protagonismo en marzo, pero el COVID-19 hizo que a través del aislamiento decretado, el país se paralizara por lo que la tranquilidad volvió a reinar”, explicó Insaurralde.

Por su parte, en relación a la pandemia mundial y cómo atraviesa el virus Chile, el entrerriano sostuvo: “Creería que se tomaron las precauciones con tiempo, todavía el país está en un proceso controlado. Pero creo que se alcanzará un pico de infectados cuando empiece el frío. Ahí seguramente la situación irá a cambiar, porque al igual que tantos países, Chile no está preparado para soportar esta pandemia. En mayo o junio probablemente se agrave la situación. Este virus nos hizo dar cuenta que el mundo no será el de antes. De aquí en más, deberemos aprender a convivir con esta pandemia hasta conseguir la vacuna, que no va a ser algo inmediato”.

En tanto, sobre la capitalización que pueda tomar el deporte de esta difícil situación de cuarentena, opinó: “En el caso del rugby en Chile, el aislamiento ofrece la oportunidad de hacer crecer a los jugadores desde lo teórico, explicándoles la esencia del deporte y cómo llevarlo adelante de una manera distinta. Es más fácil comenzar por la teoría y después desarrollarla en el campo que a la inversa. Ahora hay tiempo para lograrlo y es lo que estamos buscando en estos días”.

“La vuelta a la actividad será muy difícil, porque deberemos adecuarnos a los protocolos sanitarios que se implementarán con al menos el barbijo o la mascarilla facial y en un deporte de contacto como el rugby, se complica. Sería diferente para el tenis, por ejemplo, donde se conserva la distancia y los jugadores no tienen contacto”, concluyó.


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