La hipocresía en el rugby

Escuchamos habitualmente a los dirigentes del rugby nacional, que el rugby profesional sirve para el desarrollo de nuestro deporte en todos los niveles, lo que resulta una verdadera hipocresía cuando nos topamos con la realidad.

Todo está centralizado y se hace muy difícil para quienes no viven y juegan en los grandes centros urbanos (Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Tucumán o Mendoza) acceder en las mismas condiciones a los llamados Centros (CEDAR) de adiestramientos que aquellos que son naturales del lugar.

Llegado el caso quienes se destaquen o sean seleccionados de otra Uniones, deberán dejar los estudios o cambiarse a un club de esas ciudades si quieren aceptar las condiciones impuestas por las máximas autoridades del rugby argentino.

Ya ha pasado con anterioridad y hay numerosos casos para poner como ejemplos, pero llama la atención de la HIPOCRESÍA con la que se insiste en una verdadera DISCRIMINACÍON para clubes y jugadores de muchísimos lugares del país.

Antes nos quejábamos del CENTRALISMO PORTEÑO, cuando la UAR dirigía todo el rugby del país desde su sede en Pacheco de Melo en la ciudad de Buenos Aires y entonces llegó la revolución que separó a ambas entidades y como gran logro se establecieron CD con amplio dominio de dirigentes de muchas provincias que lamentablemente se olvidaron de sus orígenes y representando a los grandes centros urbanos solo privilegiaron cosechar para sus Uniones y lo siguen haciendo.

No es lo mismo vivir, estudiar y jugar en Paraná, Santa Fe o Rafaela que hacerlo en Rosario. La exigencia de entrenar tres veces por semana en esta última ciudad, le exige o dejar de estudiar o cambiar su club de origen a uno rosarino para dar un ejemplo de mí zona. Que se tome bien lo que decimos. No estamos criticando ni al CEDAR ni a los clubes de Rosario, solo demostrando la HIPOCRESIA del rugby en un aspecto vital para el desarrollo de sus jugadores.

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