El país del Reino Unido es el más firme candidato a hacerse con la localia para el Mundial posterior a Japon 2019. Las autoridades ya elaboran un proyecto pretencioso para semejante compromiso. El único inconveniente hasta el momento resulta ser paradójico: el país alberga numerosas leyes que dificultan la licitación para vender cerveza en lugares públicos.

La venta de cerveza ha sido uno de los principales ingresos en los últimos mundiales. La organización del Mundial pasado calculó que, en promedio, sólo dentro del estadio, se vendieron unas 82.000 pintas (unos 47 mil litros de cerveza) en los 80 minutos de cada partido. Por este motivo y por la iniciativa de organizar un gran evento, los irlandeses ya se encuentran en tratativas para solucionar tal inconveniente.

El secretario de planificación de Irlanda, Arlene Foster, expresó: “El Gobierno de Irlanda del Norte se ha comprometido plenamente a proporcionar todo el apoyo necesario y requerido por el equipo de la candidatura para garantizar la entrega de una convincente oferta de clase mundial como se merece para ser sede de la Copa del Mundo de Rugby 2023“.