Ibarguren, de Concordia a Rosario y Uruguay, con un festejo que se le hizo costumbre

En noviembre de 2018, Trébol de Paysandú inscribía su nombre entre los máximos artífices del rugby charrúa al consagrarse por primera vez en su historia. De aquel logro, había sido parte el colonense Brian Vergara.

Cuatro años más tarde, el fin de semana que pasó, Vergara repitió el título junto a la entidad sanducera que, desde esta temporada, contó entre sus filas con el concordiense Carlos Ibarguren, jugador acostumbrado a las vueltas olímpicas con Duendes RC de Rosario.

El primera línea surgido en el Club Salto Grande dialogó con MIRADOR ENTRE RÍOS y repasó su considerable trayectoria, en un recorrido ascendente que lo llevó del Desarrollo entrerriano al multicampeón litoraleño y hoy, lo hizo recalar en el flamante número uno de la República Oriental del Uruguay.

PARA ENMARCAR

El Paysandú Golf Club es una entidad casi centenaria, con acta fundacional fechada al 23 de septiembre de 2027. El rugby, conformado a través de Trébol, ha sido un puntal clave en la Unión de Rugby del Uruguay con un loable aporte tanto institucional como deportivo, al promover un notable número de protagonistas a los distintos seleccionados de ese país.

Dicen que la organización vence al tiempo y en el Verdiblanco lo saben a la perfección, ya que todo cuesta quizás algo más que al resto. Durante cada semana, un grupo de jugadores residente en Paysandú, se entrena en el predio del club mientras que otro tanto, lo hace en Montevideo. Los días restantes se mantienen en contacto a través del celular y cada sábado, se encuentran para competir.

Así, tan simple como compleja, fue esta nueva obtención de la corona uruguaya por parte del Trébol, que se concretó luego de vencer en el estadio Charrúa de la ciudad capital a Montevideo Cricket, por un ajustado 18-16.

“Lo que conseguimos fue realmente un gran título y como todo campeonato, es especial. En lo personal llegué hace cuatro meses a Montevideo -donde además tengo familia- por motivos laborales e incursioné en Trébol dado que el marido de mi prima está muy vinculado al club y prácticamente no podía caer en otro lado”, indicó el entrerriano esbozando una gran sonrisa.

“Quizás en Trébol todo cuesta el doble, dadas las casi cinco horas que separan Paysandú de Montevideo; lo que implica entrenar por separado en un deporte colectivo y de coordinación como el rugby; entonces ahora se puede decir que el logro también tiene un mérito doble, por todo este sacrificio”, valoró el forward de 28 años.

Ibarguren y un próspero paso por Duendes RC

DISTANCIAS

“Al terminar el colegio secundario me fui a estudiar a Rosario, donde ya estaba viviendo mi hermano (Francisco, capitán de la Reserva de Duendes RC) y otros amigos más de Concordia. Una vez allá, caí prácticamente solo a Duendes y desde ese entonces, nunca dudé en continuar allí. Hay muy buena gente, todos muy fanáticos del rugby. Duendes para mi es un hogar, es mi familia allí en Rosario”, remarcó.

En cuanto a la transición que debió afrontar al pasar de Salto Grande a Duendes, Ibarguren dijo: “Costó un poco, sobre todo al principio. En el Desarrollo entrerriano los juveniles no tienen mucha competencia, entonces llegué talvez con poco rodaje. Pero cuando arribé, era todavía M19, por lo que tuve un año de adaptación juvenil que me vino muy bien”.

Ahora, entre las diferencias de la elite uruguaya con el primer nivel litoraleño, el pilar percibió que radica principalmente en la dinámica de juego, prevaleciendo siempre la argentina. “En Uruguay hay también mucha diferencia entre lo que es una Primera División y una Reserva, algo que talvez en el Regional del Litoral no se percibe”, expresó.

“Con la gente de Salto Grande sigo en contacto de siempre. Me interiorizo sobre cómo les va y demás. Tengo muchos amigos en el club. De hecho, muchos chicos de mi camada, la ’93, hoy conforman el Plantel Superior o son entrenadores”, indicó. “Siempre que puedo, así sean pocas las veces, me acerco a Salto Grande. Siempre está bueno devolverle al club algo de todo lo que a mí me dio”, acotó ‘Carlitos’, quien diera sus primeros pasos en el rugby a los 6 años.

“En líneas generales, por los lugares donde estuve, tanto en Duendes como ahora en el rugby uruguayo, siempre hubo entrerrianos y la verdad es que nos tienen muy bien conceptuados”, remarcó.

Respecto a su futuro, el concordiense sostuvo que tiene como premisa continuar afincado en Montevideo y seguir jugando para Trébol, aunque no descartaría ninguna posibilidad que pueda llegar a surgirle.

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