Gusmeroli, un histórico de Central Entrerriano que colgó los botines

En días, el Torneo de Desarrollo dará su puntapié inicial, y el interior de la provincia tiene las expectativas al máximo. Como este deporte siempre está caracterizado, cada club es una historia, es un mundo diferente.
Esta vez, el foco está puesto en Gualeguaychú, ya que Roque Gusmeroli, jugador histórico de Central Entrerriano, se retiró.

Con 49 años, después de 20 años en la institución de Gualeguay, disputó su último partido ante Jockey de Gualeguay, y decidió colgar los botines. Gusmeroli, diálogo con Tercer Tiempo, y relató su historia en el mundo de la ovalada.

“Comencé cuando tenía 11 años, en el Club Carpinchos. Llegué gracias al impulso de un grupo de amigos que me invitaron a formar parte. Me integré fácilmente porque había un gran compañerismo, y me marcó el respeto, la humildad, el sacrificio y dar todo por el otro, tanto adentro, como afuera de la cancha. Debuté frente a un club de Concepción del Uruguay”, dijo.

Además, continuó sobre sus primeros años: “Jugué en Carpinchos hasta los 17 años, y pude debutar en primera. Luego, tuve la posibilidad jugar en el Club Rugby de Campana, en Buenos Aires”.

“Jugué la URBA, en un muy buen nivel durante muchos años. Es una experiencia única y algo que quedará marcado en mi memoria”, sintetizó.
Asimismo, manifestó lo que le dejó la vuelta a la competición provincial: “Por último, formé parte de Central Entrerriano 20 años. Salir campeón invicto del Torneo Entrerriano de 2002 y compartir la cancha con mi hijo, fueron de las mejores cosas que viví en este maravilloso deporte”.

“Central Entrerriano es todo para mí, porque cuando nos formamos a fines de los ’90 y comienzos del 2000. Intentamos progresar mutuamente con todos los integrantes de la institución. Mi hijo también se sumó cuando tenía 11 años, y es un placer compartir la misma ideología por este deporte”, afirmó.

El protagonista fue un octavo por excelencia, y así como también se destacó como segunda línea cuando la situación lo requería. “Tengo la idea de seguir ligado a la institución, para ayudar y colaborar en lo que me necesiten. Quizás entrene las juveniles, y como se dice, siempre voy a intentar dar una mano”, concretó.

Sin embargo, le quedó un deseo pendiente: “Mi deuda fue no tener presencias en el seleccionado de la UER. Me hubiese encantado representar a mi provincia, pero en alguna parte me siento satisfecho porque mi hijo si pudo hacerlo. Estoy agradecido al rugby de Entre Ríos”.

Para finalizar, destacó un mensaje fundamental para los juveniles: “Un consejo que siempre brindo para aquellos que recién comienzan es que siempre hay que seguir adelante, porque el rugby es algo hermoso, es inclusivo y te aporta grandes valores a tu vida”.

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