El rugby es respeto, solidaridad y callerosidad deportiva. Pero ante todo, el rugby es amistad. Aquellos rivales circunstanciales, son posteriormente amigos y muchas veces ese vínculo perdura para toda la vida.
Con 50 años cada uno, el viernes en el anexo El Plumazo se llevó adelante un encuentro de camaradería entre los artífices de las camadas ’68 del Club Atlético Estudiantes, el Paraná Rowing Club y el Club Tilcara.
En la mesa -en la que también hubo algunos camada ’67- no faltó la risa, los recuerdos y las vivencias de aquellos equipos paranaenses que prevalecieron en la época a nivel regional y que luego supieron reencontrarse para defender los colores de los distintos seleccionados entrerrianos.
«Vivimos este encuentro como un hecho histórico junto a un gran grupo de amigos que se gestó en la juventud. Hoy, todos con 50 años, recordamos aquellos tiempos. una experiencia única que cobra sentido gracias al rugby», indicó Sebastián Fouces en declaraciones a Tercer Tiempo.
El legado y el espíritu del deporte sin dudas quedó marcado a fuego en aquella generación de jugadores cuya mayoría son actualmente dirigentes, entrenadores, referees o colaboradores en sus clubes o la UER. Devolverle al rugby lo que éste les dio, de eso se trata y este grupo lo sabe.