La vida de Justo Bruno dio un vuelco radical en los años previos a la pandemia, cuando decidió tomarse unas vacaciones y partir hacia las Islas Baleares. El exjugador del Club Atlético Estudiantes jamás imaginó que ese destino lo acogería tanto como para quedarse a vivir, trabajar en lo suyo, explorar su faceta musical y, por supuesto, seguir ligado al rugby. Primero fue en el Ibiza Rugby Club, luego en Varsovia, recientemente en Valladolid y con la mira, ahora, en Murcia.
“Llegue a Ibiza cuatro años antes de la pandemia y luego de la pandemia fue cuando salió la oportunidad de trabajo en Polonia… En Ibiza había conocido al dueño de la empresa polaca que se dedica a la agricultura y ahí arrancamos el proyecto juntos y ahora estoy como director en España”, contó.
El back de la camada ’89 es uno de esos entrerrianos que siguen disfrutando del deporte que aman lejos de su tierra. Cada uno lleva consigo una mochila repleta de historias, emociones y razones que explican su partida desde Entre Ríos.
Muchos de ellos emigraron en busca de nuevos desafíos, impulsados por sueños personales o metas profesionales. En el caso de Justo, su partida no tuvo una motivación concreta más allá de “cambiar de aire” tras varias temporadas intensas de trabajo en Buenos Aires. Con sus ahorros, decidió tomarse unas vacaciones largas. Pero, sobre la marcha, el descanso se convirtió en un nuevo comienzo.
A los 36 años, Bruno admite que sigue disfrutando del rugby, y no hay nada más placentero que mantener viva esa relación con el deporte.
PASO A PASO
“Nunca pensé que a mi edad iba a seguir divirtiéndome con el rugby como lo hacía desde que era infantil. Estoy contento. A la par de mi trabajo, mientras me sienta bien jugando, lo voy a seguir haciendo. Básicamente, sigo disfrutando; creo que de eso se trata”, afirmó en declaraciones a MIRADOR ENTRE RÍOS.
“Acabo de concluir la Liga Regional con Valladolid, el mismo club donde está Martiniano Cian, aunque él lo hace con el equipo profesional y yo con el amateur”, explicó.
Desde su llegada al Viejo Continente, Bruno se ha insertado en distintos ámbitos laborales vinculados a la logística, mientras continúa desarrollando su pasión por la música electrónica. En Argentina solía desempeñarse como wing o fullback, aunque actualmente actúa como apertura.
EL SALTO A EUROPA
“Una cosa fue llevando a la otra hasta llegar a donde estoy hoy. Me fui de Paraná a Buenos Aires a los 22 años y comencé a trabajar en Nestlé. Entré cubriendo una suplencia en el área de sistemas, pero luego me trasladaron a logística, donde hice carrera. Paralelamente jugaba en Alumni. De hecho, gracias al rugby conseguí la entrevista en Nestlé. Pero con el tiempo, el trabajo fue tan demandante que terminé dejando el deporte. Fueron ocho años muy intensos, hasta que renuncié. Lo primero que pensé fue: necesito unas buenas vacaciones, y así terminé en Ibiza”, contó.
“Desde los 17 años estoy con la música electrónica. En Buenos Aires ya pasaba música y cobraba por eso. Así que, en Ibiza, cuando se me empezó a acabar la plata de las vacaciones, y con algunos contactos que había hecho, arranqué a trabajar como DJ. Pero cuando la temporada de verano terminó, necesitaba otro ingreso, porque acá todo es muy caro”, recordó.
“Entonces empecé como plomo en una empresa que montaba discotecas. Hablando con el dueño sobre logística, se sorprendió por mis conocimientos y me propuso trabajar en la oficina. No podía pedir más… Bueno, sí: jugar al rugby. Y eso también se dio”.
“Un día, yendo a trabajar, vi una cancha de rugby. Me sorprendió. Pensé: ¿hay rugby en Ibiza? Me contacté con la gente del club, fui a una práctica un jueves y el sábado ya estaba jugando un partido en Mallorca. Fue una locura hermosa, el inicio de todo”, relató.
Tras su paso por Polonia —donde jugó para el Legia Warszawa, en el que militó también la villaguayense Antonella Reding y el paranaense Nicolás Coronel—, decidió volver a España, esta vez para instalarse en Valladolid. Hoy, en Murcia.
“Ahora surgió un nuevo proyecto laboral que me llevará a Murcia por al menos un año. Y, por supuesto, seguiré vinculado al rugby”, adelantó.
“Por ahora estoy muy bien. Si en algún momento nos toca volver o mudarnos nuevamente, lo haremos. Pero nunca olvido que todo lo que soy y lo que tengo se lo debo al amor de mi familia en Paraná. Ahí está la base de todo”, concluyó.