Desde Barcelona: el uruguayense José Podestá y un vínculo interminable con el rugby

El uruguayense José Podestá es uno de los tantos entrerrianos distribuidos alrededor del planeta que se ganan su lugar en el rugby internacional. Actualmente, casi una treintena de talentos nacidos en la provincia se encuentran disfrutando de convertir su pasión en profesión en todo el globo. El primera línea surgido en el Club Universitario de Concepción del Uruguay, es uno de ellos.

Previo arribo a Liceo Naval de Buenos Aires, donde transitó por 15 años, cosechó numerosos amigos e inclusive su amor, Laura, decidió partir hacia España junto a su esposa e ir por una nueva experiencia de vida, laboral y en su caso, deportiva. Fue ahí que mediante algunos contactos, recaló ni más ni menos en uno de los clubes más reconocidos por su estructura en el mundo del fútbol, como lo es el FC Barcelona, donde compite también el crespense Adrián Prediger y lo hiciera hasta hace algunas temporadas, el paranaense Jerónimo Berruezo.

En diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS, Podestá, de 39 años, dio cuenta de sus sensaciones al jugar, trabajar y ser papá de Benjamín, aguardando al mismo tiempo la llegada de su segundo hijo, prevista para octubre.

-¿Con qué nivel de rugby te encontraste al llegar a España?
-El rugby de España es muy físico. Ha crecido mucho a nivel profesional. Cada vez son más los jugadores rentados en la liga, lo que hace elevar el nivel del torneo y exige a que uno tenga que entrenarse cada vez más. Hay varios ex Pumas y actuales jugadores españoles que representan a su país en el Circuito Mundial de Seven. En mi caso, compartí equipo con los olímpicos Pol Pla y Joan Losada. El rugby español a su vez tiene muchos argentinos y un montón de entrerrianos, con quienes cada vez que nos encontramos compartimos muy lindos momentos.

-¿Cómo fueron tus comienzos en el FC Barcelona?
-Incursioné en el Barça, en un principio, ciento por ciento amateur. Lo tomaba como un hobbie. Ya que como graduado en Administración de Empresas conseguí un trabajo en una compañía de tecnología a la que le dedico tiempo completo. No obstante, el Plantel Superior del club tiene también jugadores rentados. A veces, dependiendo la cantidad de partidos que uno haya disputado a lo largo de la temporada, al final de la misma recibe un premio económico.
Al llegar desde Buenos Aires hasta acá, pensé que no iba a jugar más y finalmente, jugué por cuatro temporadas.

-¿Llegaron a tener algún intercambio social o cruce dentro de la institución con el plantel de fútbol profesional?
-El rugby del FC Barcelona es, al igual que otras disciplinas, una de las catalogadas amateurs dentro del club. El respaldo hacia el jugador es pleno, pero se la clasifica dentro de las que no son profesionales. En cada inicio de temporada, debemos realizarnos los chequeos médicos y estudios de rigor en Joan Gamper, la ciudad deportiva del club. En alguna ocasión sí, los hemos cruzado, pero no es lo normal. Ellos están en otra prácticamente. Después por otro lado, hemos ido con todo el plantel de rugby al Camp Nou a ver partidos, pero no lo acostumbramos. No es lo más común. Las instalaciones del club son muy completas, con tecnología de vanguardia.

-Teniendo en cuenta tus años en el deporte y la llegada de tu segundo hijo que se avecina, ¿hasta cuándo prevés continuar en actividad?
-Mi segundo hijo está por nacer en octubre y con el trabajo, sumada a la crianza de mi hijo más grande, que tiene tan solo un año y medio, con los abuelos en Argentina para poder cuidarlos también, tengo en duda mi continuidad en el rugby, por más que me pese. El tiempo creería que no me lo permitiría. La pasión por el rugby es interminable. De todos modos, veremos qué pasa en octubre, cuando inicie la temporada acá. La realidad es que todavía no lo tengo definido. No obstante, en el caso que así fuera, de algún u otro modo pienso seguir ligado al rugby. Con tanto cariño por el deporte y en este caso, tantos argentinos en el Barça, hacen que la distancia entre un país y otro no se perciba tanto.

SU VÍNCULO CON EL CUCU

“Siempre sigo todo lo que pasa con el Club Universitario de Concepción del Uruguay, de donde me llevé muy buenos recuerdos. Incluso, de haber jugado en la Primera División, siendo muy chico, en la segunda edición del Torneo Regional del Litoral. Recuerdo que mi debut fue en Paraná, frente a Tilcara, en el año 2001. Hoy en día tengo a mi primo que está dentro del club también, entrenando las inferiores, por lo que estoy al tanto de todo. Y, cuando voy a la ciudad, me acerco a ver los partidos”, comentó.

VIDA VIAJERA

“Estando en Europa, he disfrutado también de viajar y de escaparme a diferentes países. Estando acá, es muy fácil, así que trato de hacerlo la mayor cantidad de veces que pueda”, remarcó.
“Al mismo tiempo, en el propio campeonato español se viaja mucho. Dado su formato y considerando que jugamos los domingos, solemos viajar generalmente un día antes y regresar al día del partido. Por lo que también vamos conociendo otras ciudades en este caso gracias al rugby”, dijo.
“Salvo a Madrid, que vamos en tren y a Sevilla que viajamos en avión, a los demás destinos viajamos en el colectivo del Barça”, sostuvo.

LA ÚLTIMA VEZ EN ARGENTINA

“Después de tres años, decidimos en marzo volver con mi mujer a Argentina, aunque no pude llegar muy lejos porque tuvimos que hacer la cuarentena en Buenos Aires, por lo que no llegué a Concepción del Uruguay. Permanecimos durante toda la estadía en Olivos, en la casa de mis suegros y en cuanto pudimos, logramos volver casi de casualidad”, remarcó.
Respecto a su futuro, residiendo en España, valoró: “Hoy en día disfrutamos mucho de Barcelona. Es una ciudad grande pero hay mucha mayor seguridad que en Argentina, entre otras cosas. Estoy trabajando bien y creciendo. Aunque nunca va a cambiar el amor por la familia, los amigos, el río y mi gente. Veremos más adelante si puedo volver o no. Hoy, me toca estar acá y también lo valoro”, concluyó.

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