Del rugby en Paraná, al canto lírico en los teatros más imponentes del mundo

Su profesión como cantante lírico lo hizo recorrer los mejores teatros de Argentina, Italia, España, Francia, Inglaterra, Bélgica y Holanda, entre otros países. No obstante, el rugby le dio muchísimos amigos y eso es lo que Carlos Ullan más valora, con una sencillez indescriptible.

Así como el otrora primera línea de Los Pumas, Omar Hasan, quien está dedicado de lleno a la música, el paranaense Ullan lleva más de 20 años transitando por los más distinguidos escenarios del mundo aunque no olvida sus raíces y atesora fuertemente, aquellos recuerdos vinculados al deporte de la ovalada, a través del Paraná Rowing Club.

RUGBY Y OBRA

Egresado de la carrera de canto del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires –donde hoy reside–, Ullan se ha perfeccionado con el tenor Carlo Bergonzi en Busseto, con el maestro Alberto Zedda en Pesaro y con el barítono François Leroux en Lyon, entre otros. Integró además la terna de seleccionados por la Asociación de Críticos Musicales de la República Argentina como “mejor cantante lírico” de la temporada 2008.

Su carrera en el ámbito musical es sumamente transcendente, si bien él, con su bajo perfil y humildad característica, prefiere no vanagloriarse y hablar de quienes siempre estuvieron a su lado junto a su familia: los hermanos del deporte.

“De chico practiqué muchos deportes en Entre Ríos: fútbol en el club Paraná, softbol en Don Bosco, básquet en Recreativo, esgrima en el Club Social y rugby en Rowing, institución en la que me quedé y disciplina que finalmente elegí”, indicó. “Federico Zárate me llevó a Rowing a los 15 o 16 años. Me tomaba el rugby con mucha responsabilidad. Pese a que mis amigos me gastaban porque me lesionaba muy seguido –sonrió–, para mí cada entrenamiento y partido era un encuentro especial”, contó en declaraciones a Mirador Entre Ríos.

“Siempre me gustó la música y me vinculé con este arte gracias a mi mamá, a quien siempre le gustó cantar y yo desde chico admiré como lo hacía. En mi juventud yo cantaba canciones de Queen, Deep Purple, Vlad Sabbath… me gustaban esos vocalistas con sus agudos jugados ¡Muy poca ópera! Y, para el plantel del club, era algo así como el cantante oficial. ¡Mis compañeros me usaban!”, relató con tono jocoso y argumentó: “Como me gustaba tanto cantar, cuando salíamos con los chicos a los boliches mis compañeros me hacían pasar al frente del karaoke para que nos ganáramos alguna ronda de tragos. ¡Entonces todos disfrutábamos por partida doble!”. “Cuando nos íbamos de gira, si me tocaba una habitación que diera al pulmón central del hotel, hacíamos en el buen sentido un desastre cantando pero evidentemente a la gente les gustaba, porque después llegaban de conserjería y nos ofrecían gratis el almuerzo o la cena por ‘lo bien que cantó el muchacho’… ¡El muchacho era yo, algo de no creer!”, señaló.

“Si bien mi mamá siempre me incentivó para que estudiara canto, una lesión de un hombro me hizo cambiar un poco el chip. Estaba en la duda de operarme o no, así que en principio lo que hice fue parar con la práctica deportiva. Ahí fue que me instalé en un cuarto de mi casa que estaba separado del resto y entré en una depresión muy fuerte. Promediaba los 20 años. El deporte para mí era todo. Empecé a escribir y a escuchar música clásica… Comencé a comprarme distintos discos y ahí cantaba, como los locos, pero creo que en esa época empezó todo esto para mí”, afirmó.

“Mi primera clase de canto fue en Paraná, con Luis Mendieta. Un tipo al que quise como a un padre. Con él empecé a capacitarme en la música. Me pasó que inclusive llegaba a algunas clases con la indumentaria de rugby, con barro, botines y todo puesto, porque no podía llegar tarde ni tampoco me daba el tiempo para bañarme y cambiarme”, manifestó.

“Los primeros tiempos en la música fueron duros, pero siempre tuve a mi lado además de mi familia, a los amigos de rugby. Para muchos amigos de otros grupos, el hecho de que me haya ido de Paraná para dedicarme de lleno a la música fue considerado como una traición. Entonces ahora, cada vez que vuelvo, por lo general me reúno con mis compañeros de Rowing, que fueron incluso quienes organizaron mis últimas presentaciones en Paraná. Fueron y son momentos muy lindos los que viví con ellos”, concluyó.

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