Damián Montórfano es prácticamente un italiano más. Más allá de la ciudadanía que ostenta, su acento al hablar está muy marcado. El primera línea de 35 años, surgido en el Paraná Rowing Club –entidad en la que jugó hasta la temporada 2009– echó raíces en Údine, donde representa al Pasian di Prato y vive junto a su esposa Ayelén y sus dos hijos, Camila de 10 y Tomás, de 7 años.
El otrora pilar de los seleccionados entrerrianos juveniles y mayor, habló del panorama que atraviesa Italia con el COVID-19 y contó cómo es su vida en el Viejo Continente.
“La situación es muy difícil. Hay muchísimos infectados y muertos en todo el país. En Italia todo está parado desde hace seis semanas. Está parada toda la actividad económica y el deporte no escapa a esa realidad. Los campeonatos de todas las disciplinas están suspendidos. Habrá que esperar a ver qué sucede pero está claro que el deporte no es la prioridad y eso es más que entendible”, sostuvo.
“Para mermar esta pandemia, en algún punto nos puede beneficiar que ahora estamos más cerca de entrar en el verano”, analizó y deslizó: “Por lo que vivo acá y lo que leo de Argentina, me parece que en Italia no tomaron a tiempo los recaudos necesarios sobre la propagación del virus. Eso hizo que todo se complique mucho”.
SU VIDA
Al margen del coronavirus, Montórfano está en Italia como desea estar, rodeado de sus afectos y viviendo cómo quiere, más allá que parte de su familia y sus amigos de toda la vida están en Paraná.
“Desde lo deportivo estaba atravesando una buena temporada. Era incluso el capitán del equipo. Además entrenaba algunas categorías infantiles en el mismo club. Ante todo me estaba divirtiendo mucho, que a mi edad eso es importante. Es una lástima todo lo que se está viviendo. Údine está complicado, aunque hay regiones que están todavía peor en cuanto a la situación por la pandemia del coronavirus”, contó el entrerriano que llegó a la región del Friuli hace algo más de seis años, previo paso por el rugby español.
“La verdad es que acá estamos muy cómodos. No puedo quejarme. Vivo de lo que me gusta y mi familia está bien, que es lo más importante”, reflexionó.
En su primera etapa en Údine, a donde llegó proveniente del VRAC Quesos Entrepinares de Valladolid, con el que se consagró campeón español, Montórfano vistió los colores del Rugby Udine FVG en la Serie A italiana, es decir el segundo nivel. Lo hizo hasta sufrir una dura lesión en una de sus rodillas, por lo que luego migró a su actual institución, Pasian di Prato, en la Serie C2, la cuarta categoría.
“Me hice un grupo de amigos muy bueno, Soy uno más, dado que aquí es donde vivo y no está en mis planes partir. No me toman como el extranjero que llega a probar suerte, sino que saben que ya estoy radicado en este lugar. Pasian di Prato es además un club que está en pleno crecimiento, donde todos aportamos nuestro granito de arena para su expansión. Se trata de un nuevo proyecto”, sostuvo e indicó que además de jugar al rugby, tiene un cargo interesante en una empresa textil, ligada a gente del ámbito. “El trabajo me permite proyectarme a futuro en otra faceta más, más allá de que pienso seguir vinculado al rugby toda mi vida. De hecho me formé como entrenador también durante los últimos años y pienso algún día dirigir un equipo”, manifestó.
¿DE VUELTA A SU PRIMER AMOR?
Aunque está a gusto y conforme en donde se encuentra, el paranaense dijo que nunca descarta la posibilidad de llevar adelante los últimos partidos de su carrera en el Paraná Rowing Club. “Me mantengo informado constantemente sobre cómo está el club y el buen presente que vive. Sin lugar a dudas, creció mucho en los últimos años”, afirmó y añadió: “Sé que es difícil pero no desestimo la chance de volver a Paraná por algunos meses y durante ese período, quisiera despedirme del rugby en Rowing, donde me inicié. Me mantengo en contacto con los chicos y siempre me motivan para que vuelva. Sería un desafío hermoso. No lo descarto”, concluyó.
