Cuesta abajo

Hace varios años y con este mismo título escribí una nota para Tercer Tiempo con la problemática que ya se hace sistémica en los torneos de la Unión Entrerriana de Rugby y ahora no solo debo repetirlo sino que se agrava con nuevas situaciones que generan no solo un cúmulo de adversidades sino una continuidad en la falta de un organismo fuerte que no solo programa, sino que dirija y controle el rugby entrerriano.

Es impensado que un acuerdo entre clubes pueda generar suspensiones de partidos de los que la entidad máxima se entera una vez producidos. Puede haber las mejores intenciones, puede haber excusas de todo tipo, pero los reglamentos en vigencia desde hace muchos años, indican que en todo caso se debe comunicar a la UER las causas esgrimidas y este, en caso de urgencia alguna autoridad competente, puede determinar la situación.

Es increíble que en un torneo apertura, con muy poco en juego, sean los clubes los que determinan si viajan o no viajan, si se presentan o no en los partidos y encima que se de a esos partidos como suspendidos.

La falta de autoridad y competencia de la dirigencia queda en evidencia y eso hace que todo quede en una nebulosa difícil de descifrar en muchos casos.

Hasta ahora ha ocurrido en todos los niveles y categorías generando irregularidades que OBLIGAN a postergar todo, simplemente por no tener autoridad.

Es posible que algunos argumenten cuestiones climáticas para justificar las faltas, pero en todo caso las formas no son las indicadas y estas deben guardarse siempre.

Un día antes de jugar un club avisa que no va a presentar a su equipo de reserva, cuando al menos desde hace 15 días antes sabia de la programación. Otro día y casi con la misma anticipación otro club avisa que no jugará el torneo (¿?);  sin siquiera avisar varios clubes avisan que no viajan a disputar sus partidos programados, cuando en el mismo día con el mismo recorrido otros lo hacen sin ningún inconveniente.

Las palabras son las mismas de siempre. FALTA DE COMPROMISO. No solo de los clubes en infracción sino también de quienes se arrogan ser los dirigentes responsables de las programaciones y control de las acciones del rugby entrerriano.

Si hasta lo que parecía florecía se marchito a poco del inicio. La academia sin continuidad también es un hecho.

La cuesta abajo parece agravarse y no se ve en el futuro cercano un cambio de rumbo.

Por Manuel Arrías

(Foto: Sporting Image by Hardock)

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