Con esfuerzo y dedicación, Robles de Caseros continua en pleno crecimiento

Desde el inicio más remoto, el rugby desplaza características que lo asemejan con la vida. Enmarcadas por diferentes situaciones, muchas veces adversas o favorables, pero siempre con una arista que lleva a seguir adelante, a continuar con el proceso que permite crecer.

Con el tiempo los resultados se manifiestan por si solos, en algunas ocasiones con alegrías deportivas, pero indudablemente se notan en los jugadores, en cada persona que interviene o se acerca par ser parte del desarrollo previsto. Tal vez, el trabajo puede parecer invisible, pero el efecto queda totalmente evidenciado en cualquier momento.

Y el foco está puesto en Robles de Caseros. Sí, otro club entrerriano que lucha y realiza tareas arduamente día a día con la intención de progresar, para ser mejores, para superarse a ellos mismos en distintas facetas.

Con un plantel superior que el paso de las temporadas llevó a asentarse y fortalecerse dentro de la cancha, la mirada también se centra y se dirige hacia abajo, donde todo nace y se encuentra la matriz del club.

El propósito son los chicos, formar los juveniles. Un objetivo muy patente que envuelve a la entidad radicada en la ciudad que cuenta con casi 2500 habitantes.

“Entrenamos los martes y los viernes en el Centro Cultural Margarita de la localidad. A las 18, entrenamos a los infantiles, mientras que a las 19, a las juveniles. Queremos formar jugadores y buenos amigos como el rugby suele otorgar”, dijo, uno de los referentes del proyecto.

Alrededor de 30 jóvenes, entre infantiles y juveniles son parte del semillero. Además, en el horizonte se avizora la idea de formar un plantel femenino. El camino es largo, el plan es perspicaz y este periodo determinará su gran fruto.

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