Como ser campeón del Seven de la República

Sin lugar a dudas, la materia pendiente para el seleccionado de juego reducido de la Unión Entrerriana de Rugby (UER) es ser campeón del Seven de la República. Tras dos subcampeonatos e igual número de torneos en el tercer lugar, el anhelo por alcanzar el primer puesto se vuelve cada vez más imperioso. En la temporada 2003, el paranaense José Raiteri supo lo que fue consagrarse en el certamen nacional. Lo logró en la vigesimoprimera edición del torneo con el representativo de Buenos Aires, junto con un gran equipo.

“Lo recuerdo como si fuese ayer, fue un momento muy lindo. Era un plantel compuesto de varias figuras en el que por suerte me tocó estar. Haber ganado el Seven, en mi casa y en mi ciudad, fue un logro particular”, contó quien es hoy en día, el entrenador del combinado de Entre Ríos.

Raiteri fue citado en aquella oportunidad mientras jugaba para el Club Atlético San Isidro. “Siempre venía a disputar el Seven para Entre Ríos, pero esa vez me llamaron de la URBA y pensé ‘¿por qué no?’, era algo nuevo”, explicó y añadió: “Lamentablemente con la UER nos habíamos acostumbrados a competir durante la primera jornada, es decir el sábado, y al otro día ya estábamos libres por haber sido eliminados, entonces pensé que jugar para Las Águilas sería un nuevo desafío superador”.

Aquel plantel del conjunto bonaerense era conducido por Hernán Rouco Oliva y entre sus estrellas, tenía a Juan Fernández Lobbe, Federico Martín Aramburu, Juan Ignacio Gauthier y Agustín Gosio, junto a Alfredo Cordone, Javier Zaldívar, Bruno Vitale, Matías Pena y Francisco Camerlinckx.

festejo urba

EL RECUERDO

“Un hecho puntual que tuvo para mí ese Seven, fue que nos cruzamos con la UER. Me acuerdo que en frente estaba mi hermano, Pedro. En un pasaje del partido tuvimos un encontronazo fuerte, pero afortunadamente todo quedó en la cancha”, describió entre risas.

“Con tan solo 22 años, Corcho (Fernández Lobbe) era el referente de ese grupo. Era notable. Una gran promesa para el rugby argentino. Él y Fede Martín Aramburu jugaron después el Mundial de Francia 2007. Zalvídar, que era compañero mío en el CASI, estaba jugando también en un nivel altísimo. El Canario Gosio y su velocidad daban que hablar, así como Juani Gauthier, que brilló ese año”, deslizó el ex back.

“En esos años, Buenos Aires se armaba con muy poca antelación para jugar en Paraná. El equipo se reunía y entrenaba en escasas oportunidades. Con eso le bastaba, ya que todos sus planteles eran conformados por jugadores de renombre. Después, cuando la brecha entre los demás seleccionados se acortó dado que el resto levantó su nivel, la URBA tuvo un período de sequía en cuanto al Seven se refiere. Volvió años más a tarde trabajar con seriedad y ajustar aspectos esenciales y hoy, está otra vez en lo más alto”, opinó Raiteri.

-¿Cuál es el secreto para ganar el Seven de la República? ¿Se puede con Entre Ríos?
– Quizás nos resulte más difícil que a la URBA, pero no tengo dudas que con Entre Ríos podemos festejar también. No tenemos la cantidad de jugadores que tiene Buenos Aires. Básicamente cuando uno no tiene un seleccionado dotado en su totalidad por estrellas de primer nivel, con sus destrezas características, hay que trabajar sobre el sistema de juego. La clave del plantel entrerriano es que contamos con un plan de juego claro. Lógico que siempre es positivo tener jugadores de renombre, pero lo bueno es que cuando no están, cualquiera puede suplantar a cualquiera. Y eso se debe a que todos los chicos han sido parte de este proceso que venimos desarrollando desde hace cerca de 5 años.

Desde el 2012 quizás, empezamos a hacerle entender al equipo que debía cambiar la mentalidad y hoy, todos hablan de Entre Ríos. Significa que el equipo cambió. Le volcamos al grupo identidad y dimos cuenta del hecho de que teníamos todo para poder ganar. Estamos año a año en nuestra casa y frente a nuestra gente. Cambiamos muchas cosas desde aquella vez. En la actualidad, todo jugador entrerriano aspira a jugar el Seven de la República.

Con este proyecto del juego reducido que llevamos adelante quedó demostrado que Entre Ríos puede jugarle de igual a igual a cualquiera. Es que el jugador de Seven debe ser fuerte tanto física como mentalmente. En un partido de Seven un segundo te puede cambiar la historia de un torneo. La base joven de este plantel lo entiende y los jugadores más chicos que se van sumando lo interpretaron de la mejor manera.

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