Aunque el rugby lo llevó por el país y el mundo, Román Pretz siempre vuelve al lugar donde todo comenzó: el Club Tilcara. El martes 20 de mayo, durante su breve estadía en Paraná, el primera línea formado en la camada ‘96 del ‘Verde’ aprovechó su paso por la ciudad para brindar una práctica especial a los Menores de 13 años de su club.
Fue en el predio Ramón Brandolín donde Pretz se reencontró con la entidad de su infancia, no ya como jugador, sino como referente. Con humildad y compromiso, dirigió una práctica para los chicos que hoy sueñan con crecer en este deporte, del mismo modo en que lo hizo él hace poco más de una década.
DONDE TODO EMPEZÓ
Román Pretz es, sin dudas, uno de los nombres que Tilcara lleva con orgullo. Forjado en la cantera del club, no tardó en destacarse en los seleccionados juveniles de Entre Ríos, luego en Duendes de Rosario y más adelante, en el seleccionado rosarino. Su rendimiento lo catapultó a representar al país con Los Pumitas en la Copa Mundial Juvenil 2016, y hace tres temporadas, integró el equipo profesional de Dogos XV en la Súper Rugby Américas.
Hoy, su carrera lo encuentra en Europa. Ya son dos temporadas en el rugby profesional italiano, primero en Vicenza y ahora en Lazio, donde continúa consolidándose como un primera línea de experiencia y potencia.

La camiseta que Pretz usó con Los Pumitas, inmortalizada en El Quincho (archivo)
VOLVER
Pero más allá del currículum, hay gestos que definen a las personas. Y Pretz, cada vez que cruza el túnel y regresa a Paraná, encuentra el modo de volver también a su club. No lo hace por compromiso, sino por convicción. Entiende que Tilcara fue y es su casa, y que devolver algo de todo lo que recibió es, en definitiva, parte del camino.
“Es un lujo tenerlo, aunque sea por unos días”, aseguran desde el club. “El vínculo que mantiene con la institución es un ejemplo para todos los chicos que hoy empiezan su camino en el rugby. Ver a un jugador profesional volviendo a compartir su experiencia, su mirada, su técnica, es invaluable”.
EL MENSAJE, MÁS ALLÁ DEL JUEGO
En tiempos donde el profesionalismo a veces parece distanciar a los jugadores de sus raíces, Román Pretz demuestra lo contrario. Su visita, desinteresada y cargada de simbolismo, refuerza una de las enseñanzas más profundas del rugby: la pertenencia.
Y en Tilcara lo saben bien. Por eso, cada vez que vuelve, el mensaje es claro: las puertas están siempre abiertas. Porque Tilcara es su casa. Y él, sin importar dónde juegue, sigue siendo parte del club.
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