Los partidos que sirvieron para cerrar heridas

Juan Bautista Segonds, de Rugby sin Fronteras, organizó cuatro partidos con ex jugadores, ex combatientes e isleños, entre 2009 y 2016.

En el ambiente del rugby suelen insistir en que es un deporte basado en el respeto, trabajo en equipo, autocontrol, solidaridad y tolerancia. Juan Bautista Segonds utilizó estos valores cuando decidió aportar su granito de arena para sanar heridas de la Guerra de Malvinas.

Así nació la fundación “Rugby sin fronteras”, que hoy funciona en Martínez, en el norte del Conurbano bonaerense. Fue a partir de la idea de organizar un primer partido en las Islas.

“Inspirado en Mandela, que utilizó el deporte para unir a su pueblo, creí que el único elemento o instrumento que teníamos para poder acercarnos a los isleños y veteranos británicos era el rugby”, cuenta el ex jugador del club Pueyrredón y el seleccionado de rugby San Isidro.

En 2009 fue el primero de tres viajes. Dice que los isleños se sorprendieron porque pensaron que no iban a ir.

“Viajamos 34, casi todos amigos míos y ex jugadores de Los Pumas de todo el país. La mayoría de los que se ‘coparon’ después se quedaron en la fundación. Queríamos dejar bien en claro nuestro respeto y moral. Fue el comienzo de un gran camino de sanación”, señala.

Los partidos que siguió organizando en años posteriores estuvieron llenos de momentos de emoción, indica Clarín.

“Para los veteranos, volver al lugar donde habían combatido era algo fuerte. Hubo mucho llanto, creo que ningún ser humano esta preparado para matar, ni siquiera por obligación o defensa. Esta fue una forma de consuelo para ellos”, asegura Juan Bautista. Y comenta: “En el primer partido estuvo Santiago Martella, hijo de un teniente que murió en combate. Viajó a ver la tumba de su padre y a honrarlo jugando. Hizo el primer try del partido y todos celebramos tirados en el piso un buen rato, como una forma de rendir homenaje.

Seis años después, al ver que había poca respuesta de los malvinenses, emprendieron un desafío mucho mas grande: organizar un partido en Londres.

“Queríamos juntar a veteranos argentinos y británicos, algo que no habíamos podido lograr antes. Con ayuda de Cristian Martin, un periodista amigo que vive allá, organizamos todo. Los británicos aceptaron inmediatamente; de los argentinos, algunos dijeron que no estaban mentalmente preparados. Después todos admitieron que fue un punto de inflexión en sus vidas, que antes eran veteranos de guerra y hoy lo son de paz”, señala emocionado.

El proyecto de la fundación que fue en paralelo a esos partidos y también su consecuencia, es el documental “El camino del encuentro”, que cuenta sobre estos partidos por la paz y en estos días se podrá ver completo.

“Va a estar disponible en nuestra página desde el lunes 2 de abril hasta el miércoles 4. Queremos que cada vez mas gente conozca nuestros proyectos, porque nuestra idea fuerte es que todos nos abracemos y empujemos juntos para el mismo lado”, dice. Y concluye: “A cada lugar donde llevamos la ovalada pasa algo mágico, es como una gran semilla de encuentro y paz. Hasta logramos juntar israelitas y palestinos, fue increíble”.

Los recuerdos del «Chapa» Branca

Eliseo Branca es toda una gloria del rugby argentino. Puma en la década del 70, ídolo del CASI como jugador y campeón como entrenador, fue uno de los integrantes de la delegación que hizo el primer viaje y jugó ese primer partido en las Islas Malvinas, en 2009.

“A mí me tocó vivir la guerra de Malvinas muy de cerca porque gente de mi camada fue. Por eso, cuando Juan Bautista me contactó para aquel primer partido en las Islas me sentí muy feliz y orgulloso de ser seleccionado», recuerda el «Chapa» Branca.

«Al principio -agrega-, los isleños dudaban mucho, pero cuando vieron que nuestras intenciones eran buenas, se relajaron. Mediante el rugby pudimos conectarnos, fue como una manera de dialogar en la cancha. De esa forma logramos demostrar una imagen positiva de los argentinos, es decir, que somos personas de calidad y con mucha educación”.

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