Las historias del rugby se manifiestan en cualquier parte del mundo y sin dudas, en el largo y ancho del territorio provincial. Tal vez, algunos se encuentran con la posibilidad de llevar adelante la pasión con simpleza y a otros les toca tener una cuota de mayor esfuerzo. Sin embargo, siempre enmarcados en las cualidades que distinguen a la filosofía de la ovalada.

De esta manera, la mirada se traslada a San Jaime, donde Emanuel Fernández se desempeña como jugador de las Juveniles M2 de San Martín. Él, es un claro ejemplo de que el esmero supera cualquier obstáculo que se interpone, que de hecho, su vida es diferente y lleva los colores de la mano con una vieja cultura argentina. El sanjaimense de 17 años, dialogó con Tercer Tiempo y relató parte de su historia.  

-¿Qué te aportó el rugby?

-Muchas cosas. Tuve la posibilidad de representar a mi pueblo, a Entre Ríos. Pero sobretodo, me dejó muchos amigos, ya sea de mi localidad como de otros lugares. Forjar una relación y luego mantenerla durante tiempo, es algo muy lindo.

-Tras lo vivido, ¿Qué te puede dar el rugby?

-Te abre muchas puertas y te genera grandes posibilidades. En sí, la competencia es fundamental, pero no hay nada mejor que divertirse entre todos, con tus compañeros o con tus rivales. Hay que aprovechar cada cosa que te brinda la vida y esto, se vuelve muy importante.

-Además del deporte, hay otra actividad que es trascendental en tu día a día…

-Me gusta el campo desde chico, porque vivía con mis papás que trabajaban en ese lugar. Se viven historias muy lindas y se aprenden diferentes cosas que tal vez, es impensado transitarlo en el pueblo o en una ciudad. Es muy placentero estar allí, ya que nadie te molesta y existe una tremenda tranquilidad. Se puede pasarla muy bien.

-¿Sentís que heredaste la costumbre de tu familia?

-Me siento muy identificado, porque mis papás trabajaron desde muy jóvenes porque había que solventar los gastos necesarios y con mis hermanos sucedió lo mismo. Ellos iban a la escuela, pero debieron irse a laburar al campo porque mi papá sufrió una lesión y debíamos subsistir económicamente de alguna manera, para comer y para vestirnos. Es duro dejar algunas cosas, pero hay que seguir adelante.

-Y cuando decidiste inclinarte en el deporte, ¿Tuviste el apoyo de tu familia?

-Sí, puesto que vieron que tenía la posibilidad de crecer y conocer diferentes lugares. Asimismo, me pude encontrar con personas que quizás nunca se me cruzaron en la cabeza. Predominan los valores que te llevan a aprender, a compartir momentos y situaciones que en otros deportes no se ve.

-Si tendría que elegir entre el rugby o el campo, ¿Con cuál te quedarías?

-Es una decisión muy difícil. Más allá de todo aquello que me brindó el deporte, el campo me enseñó muchas cosas. Trabajo, pero también me divierto y disfruto de todo eso que envuelve a las zonas rurales.

-Y al enfocarte en tu futuro, ¿Cuáles son tus sueños?

-Quiero terminar el secundario y quiero ser Médico Veterinario. Y de la misma manera, deseo estar vinculado al rugby, porque es una pieza importante en mi vida. En algún momento me encantaría recibirme para ayudar a mi familia.