El rugby del país llora la muerte de un gran hacedor

La noticia más triste que hay para dar, la de las pérdidas irremediables. Falleció este jueves a los 68 años en Paraná, Alberto Dimas Ramón Nin. Un histórico por donde se lo mire que se caracterizó a lo largo de su vida por ser un formador incansable.

Alberto fue fundador de casi una veintena de clubes a lo largo y ancho del país. Hoy el rugby está de luto por su partida. Como el río en su cauce, Alberto Nin sigue el curso de la vida. Ahora, hacia más lejos…

Es como el río en su cauce, no se puede detener, así era Alberto Nin

«Difícilmente lo entiendan, pero cuando lo jueguen, seguro no lo dejan más…»

Años muy duros, corría 1981, no recuerdo bien si mayo o junio y un amigo mayor nos preguntó un sábado por la tarde a un grupo de amigos que estábamos, como siempre, buscando que hacer y el qué hacer a veces incluía alguna macana.

Cuestión que nos convenció y terminamos en la primera práctica de la primera juvenil de Capibá en el Anexo El Plumazo hoy cancha 1 del escenario principal del Seven de la República. Lo que son las cosas, pero la memoria nos lleva a no olvidar más lo que nos dijo aquel señor, joven, pero parecía con tantos años de experiencia. “Gurises, no se olviden, difícilmente me entiendan, pero cuando lo jueguen, seguro no lo dejan más…”

Sentado chinito, como dicen los profes, de esa forma se presentaba Alberto Nin y con todos los que estábamos allí, cuarta y quinta de ese momento, en ronda escuchamos atentos lo que describía de una forma muy particular, rica por donde se la mire, entusiasmaba como ninguno había logrado hacerlo durante nuestra adolescencia.

Justamente su impronta y ese carisma al cual le sumaba un empuje que cualquier jugador desearía en el momento en que el cuerpo ya no responde casi por el cansancio del partido. Porque Alberto sacaba esa fuerza extra para todo lo que emprendía, y lo que encaró en su vida no fue poco.

Mamó rugby y lo supo trasladar de la más diversas formas y por diferentes rincones del País. Tuvo que ver con la fundación de muchos clubes, por donde pasó vivió entera e íntegramente sin parar de pregonar la amistad, el espíritu del rugby y donde podía, acoplaba el hockey sobre césped. Hay referentes que tienen infinidades de anécdotas de este ser iluminado.

El Amarillo le debe mucho de su idiosincrasia, de aquella primera juvenil que hoy en día siguen trabajando algunos en el club, los cuales con orgullo se encargaron de brindarle más de un homenaje en vida a un ser que dio todo, a veces, hasta lo que no tenía, un grande por donde se lo mire.

Ahora lo despedimos con el corazón, porque el pidió siempre que le pongan el corazón a lo que hacían, en este viaje en el cual seguirá pujando por armar un equipo, porque no un rival,  jugar un lindo partido y compartir un gran tercer tiempo. Ese es el deseo de sus amados hijos Mili y Fran junto toda su familia y seres queridos.

Nos vemos Alberto, hasta siempre y nuevamente gracias por tanto…


NdR: En la imagen, gentileza de EL DIARIO, Alberto está al centro de la escena junto a su hijo Francisco y a Francisco Carrió, del CURNE, entidad fundada por él.

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