La actitud, una marca registrada Puma

Mucho se habló, se habla y se hablará sobre la actitud combativa del seleccionado nacional de rugby. En el haber histórico se recuentan inagotables páginas, videos, grabaciones e imagenes que ilustran la idea de un grupo de hombres defendiendo el celeste y blanco a rallas con un ímpetu anormal.

Sin embargo, pese a la gran cantidad de material de diferentes formatos, impera de todas maneras la necesidad de destacar el valor patriótico y anímico que representa observar un encuentro de Los Pumas. Sin displicencia, con respeto y ánimo no parecen estar disfrutando de un juego (por más de que así sea), más bien se denota un gran esfuerzo por agotar todas las energías posibles y hacer su mejor presentación.

Desde el himno hasta el saludo final con los contrincantes, pasando por los tackles y la limpieza de los rucks. En la adversidad o con un margen de ventaja, se vislumbra como los 15 albicelestes hacen todo lo que esta a su alcance para no cederle ni un centimetro al rival. «Nunca jugué al rugby, pero me dan ganas de ir a trabajar o de comprometerme con mi deporte» me comentó un amigo perodista y jugador de basquet. Creo que no exageró.

Rápidamente se cruza el ejemplo del último partido, en el que faltando 5′ y con marcador cerrado frente a Irlanda, no se escatimaron los golpes con los hombros. Se creció tácticamente respecto a años anteriores y las destrezas físicas son mayores, pero la actitud puma sigue intacta, por lo que los irlandeses de seguro habrán recordado el 2003 y el 2007.

Pese a que se ha vuelto costumbre demostrar emoción al entonar las estrofas del Grito Sagrado, dejenme aclarar que esas lágrimas no son fingidas, distan mucho de serlo. La comparación, inevitable, que surge con los seleccionados de otros deportes, tampoco es caso perdido. Al fin y al cabo, lo que se exigen no son resultados, sino esfuerzo y compromiso.

La única certeza respecto al domingo, consta en que esa áctitud, esas ganas de disputar cada pelota como si de eso dependiera llegar a fin de mes, esa desesperación por tacklear sin tener en cuenta el tanteador y esas demostraciones de respeto y responsabilidad para con los colores y sus compañeros, estaran presentes.

Dejemos pronósticos en manos del oráculo, pero confiemos en que esos 15 hombres que se pararan frente a los Wallabies, harán todo lo posible por dejar nuestra bandera en lo más alto y por demostrar que desde hace tiempo no les conforman las derrotas dignas.

Domingo a las 13, en Twickenham, 25 hs después del cruce de los dos titanes restantes del sur que buscan ser tricampeones, Sudafríca y Nueva Zelanda, Los Pumas irán (iremos) por su primera final frente a Australia. Las posibilidades rozan la paridad, pero los pálpitos son optimistas… ¡Vamos Pumas!

patri-pie

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