Hipocresía en el rugby

Como en todo deporte en el rugby hay entes o Uniones/Federaciones encargadas de su desenvolvimiento en todo sentido. Eso ocurre desde las categorías infantiles hasta las divisiones superiores, pero deja fuera de la tutela de esas entidades a los VETERANOS, que por lo general son ex jugadores, dirigentes o referees que estiran su participación deportiva con serias deficiencias en muchos sentidos.

Pero lo más hipócrita de estas agrupaciones es que permiten la participación de personas suspendidas del rugby activo por diversas sanciones que llegan a ser de por vida en algunos casos.
Sin embargo el rugby es muy terminante en cuanto a las sanciones que se aplican ya que rigen para cualquier tipo de torneo oficial y señala que quien está sancionado “no puede desempeñar ninguna actividad en el rugby”. Esto quiere decir que mientras dure la sanción la persona no puede participar de los entrenamientos ni concurrir a las canchas. Varias veces se ha comprobado la presencia de alguien sancionado en una cancha y el referee ha detenido el partido exigiendo al club local que invite a la persona a retirarse de las instalaciones. Esto es muy rígido y es uno de las claves para mantener bien alto los “valores del rugby”.

Sin embargo los VETERANOS lejos de cumplir con esta regla (y algunas otras) permiten a personas SUSPENDIDAS POR 99 AÑOS, integrar sus equipos. Es posible que algunos no sepan la condición de cada persona, pero quienes siguen cerca del rugby, son entrenadores, dirigentes y/o referees saben de este tipo de cosas y las avalan o son permisivos en una situación altamente peligrosa para el mismo juego. Muchos se llenan la boca con los “valores del rugby” pero no duda en mirar hacia otro lado en estos casos.

He charlado varias veces con amigos que despuntan el vicio en VETERANOS sobre esto, algunos altos dirigentes en sus clubes o Unión, y todos con alguna excusa optan por permitirlo. Hasta hubo uno que me dijo “yo lo plantee pero la mayoría opto por permitirles jugar”.

La HIPOCRESIA también tiene su lugar en el rugby.

Por Manuel Arrías

Espíritu del rugby