De una idea de juego a un estilo de juego

A qué se juega? A qué jugamos? Uno se podría preguntar en las divisiones infantiles ya tirando a M-14 o tal vez M-15 o ya en juveniles…

…pero en realidad saben los chicos a esa edad a qué juega su equipo, qué pretende el entrenador. Hay una idea de juego ya dando vuelta o tratando de que los jugadores la vayan incorporando y de a poco plasmando en la cancha?. Recuerdo una graciosas o al menos curiosa anécdota: resulta que era común oír en la arenga previa a salir del camarín al capitán repetir la ‘poco feliz’ frase ‘hagamos la nuestra’, hasta que un buen sábado uno (el Chavo que nunca falta), ingenuo o demasiado franco, pero que al fin quería salir de la duda, se animó a preguntar ‘pero cuál es la nuestra’…

Tratemos que esto no ocurra, no es lo ideal entrar a jugar confundido o al ‘tun tun’ (que sería tacklear a lo que venga con la pelota y defenderme como pueda con ella y si la puedo pasar mejor, no mucho más que eso se ve o se puede inferir en más de un caso), sin una idea más o menos de lo que se pretende intentar en el partido. Y pasa, no sólo en divisiones formativas (un poco más entendible o atendible si se quiere).

En el otro extremo tenemos a clubes (nombrados ya en notas anteriores: Hindú, Duendes, Sic y no muchos más) con mucha historia, socios, magníficas instalaciones, algunos con sus anexos (obligados por el tiempo y crecimiento), títulos y fotos de divisiones campeonas en sus cantinas, y con un muy marcado ya, estilo de juego, concepto abarcador de un plan estratégico y de todo un ‘sello’, una impronta en cuanto a la forma de jugar característica de la institución desde, en algunos pocos ejemplos, tal vez los 12 o 13 años (es notable, pero juegan, salvando las distancias obviamente, igual que la 1ra). No es difícil resaltar que no es un hecho fortuito o un tema de suerte, sino más bien una consecuencia bastante lógica de haber hecho bien las cosas durante un cierto tiempo, mucho tiempo.

Más allá de que ya hemos tratado de mostrar lo variado, vasto y completo que es (o puede ser) el juego del Rugby, con una infinidad de combinaciones de habilidades o capacidades entre físicas, tácticas, intelectuales, individuales y grupales, aptitudinales y actitudinales, en post del juego, también se lo puede llevar a lo más mezquino y conformista, de acuerdo a ‘los recursos que tengo’ y ‘al rival que enfrento’. Esto último más deliberado o resignado, pero al fin reduccionista y poco o nada destacable o recomendable.

Por su puesto un club en sus comienzos va a tener que hacer un esfuerzo enorme en tantos frentes que lo del juego quedará relegado probablemente durante algunos años, en donde se buscará crecer, afianzarse como institución primero, para después, paulatinamente ir transmitiendo ideas y conceptos sobre el juego. Las divisiones infantiles tampoco tienen (ni para muchos pedagogos de este deporte, deben tener) una idea de juego (ni mucho menos hablarle de plan, estrategia, etc), simplemente y hasta cierta edad (12/13 o tal vez hasta los 14) sólo divertirse, unirse, afianzarse a un grupo y lo más lindo y duradero, ir haciéndose de AMIGOS!

En cuanto al juego creemos que la idea es, en lo posible, irles enseñando y estimulando a los chicos todas las destrezas (no cansarnos, sí variar y siendo creativos, originales, pero martillar decía, sobre el pase o tipos de pases y el tackle por su puesto), para de a poco empezar a mechar para qué sirve o por qué es conveniente hacer tal o cual cosa ante determinada situación del partido, del campeonato, rival, …, conforme van creciendo, sumando experiencia a través de los entrenamiento y partidos y claro está, madurando con la edad (no es lo mismo ver en acción a un pilar o a un nueve o diez a los 14 que a los 19, o ya con todo el aplomo, después de los 23 o 25 o para el caso del 1ra línea, a los 30).

Tratar de enseñar todo lo que se pueda, apuntar alto, a una idea de rugby 15, completo, por supuesto que atendiendo al rival (por ello hablamos de estrategia entre otros conceptos), pero que se animen, que quieran atacar, repetirles que el rugby es un juego de ataque, que lo dice el reglamento, que el objeto es hacer la mayor cantidad de tries posibles (con las tantísimas variantes y combinaciones que se pueden buscar y dar, no nos vamos a cansar de repetirlo y sostenerlo): disputar duro el scrum (entrenarlo y entrenarlo); si hay que avanzar con el maul porque el rival está muy extendido, cubriendo bien el ancho de cancha, habrá que ir por esa vía para agruparlo; coordinar (que el lanzador tire y tire pelotas) y tener 3 o 4 posiciones o plataformas de salto en la hilera (con variantes de 2 o 4 hombres, sobre todo si por ahí la altura no es un punto fuerte del equipo); la tercera línea, temerarios, soldados de alma, corriendo, tackleando, llegando en apoyo, a veces forwards, a veces tres cuartos…; medios a los que se le ha dado (porque se la han ganado) toda la confianza y facultades para que decidan libremente, y lancen y ataquen (y también se prueben ellos cuando tenga que ser, cómo hay algunos que es como si supieran cuando se tienen que mandar ellos, pero no dejan de ser ‘generosos’ con sus compañeros, pasando y pasando incansable y criteriosamente la pelota); los centros, qué manera de meter tremendos tackles de frente! (juntos con los 3ras llama la atención, ya a nivel internacional hablando y gracias a la tecnología, la cantidad y calidad de los mismos), y también siendo muy rápidos de mano y en el rugby actual es cada vez más común verlos como segundos aperturas (decidiendo mucho, haciendo uso del pie,…, de hecho en el plantel de Los Pumas aparecen 8 jugadores como números 10 aunque en realidad sean polifuncionales o terminen jugando de centro o full back); y los tres del fondo (el último quinto del equipo, allá en el polo sur pareciera para un primera línea, integrante del primer quinto del equipo siguiendo un poco con las matemáticas, cuando la patean a 50 o 60 yardas de la formación en el 2do tiempo), decía, los dos wines y el full back (no se abrazan como los 1ras, pero tienen que ser también un bloque, una unidad), que se las tienen que rebuscar para sacar el peligro (esto implica tener dominio del kick con ambas piernas), relevarse entre sí a la vez que se van comunicando, venirse desde el fondo, o en pleno ataque, ser los encargados de la definición de la jugada, a pura potencia, habilidad y velocidad. Además estarán las prácticas individuales durante o después del entrenamiento, como el patear a los palos ( factor preponderante a la hora del resultado final, y que a veces se deja muy a criterio/voluntad del pateador y no se tiene como política del club el hecho de hacer insistente mención al respecto), el lanzamiento al line (ponerse con un compañero o contra los postes), el pase del medio (hay clubes que tienen pelotas ‘pesadas’ y/o elementos propicios), la patada y recepción de los del fondo (de a dos, tres, cuatro, hay muchos y entretenidos ejercicios o juegos), etc.

Nos parece que es como para jugar solo de forwards, o ‘arriesgando’ un poquito más, de 9 o 10 jugadores (y que los otros 5 solo se limiten a tacklear!); o viceversa, jugar todas a la punta?

Sí, esto lleva tiempo, pero del que vale la pena invertir. Empezando por estar convencido, por intentar, por arriesgarse a pasar la pelota, al principio tal vez contando dos o tres pases seguidos, pero sin descuidar ni subestimar o hasta poco menos negar ciertos aspectos o situaciones del juego (caso del scrum para muchos clubes, o del juego dinámico y desplegado para otros). Ni encasillarse y repetir absurdamente, caprichosamente y sin sentido, o hasta fijar poco menos que lemas como ‘line y maul’ (todo un equipo, todo un club que juega a eso!, y a pesar que en la práctica se vea un try cada 20 o 30 intentos de esta aparente ‘fórmula mágica’), otra: ‘scrum-presión-tackle’, y el juego?, con la pelota qué hacemos? O equipos que atacan casi únicamente a través del maul o del contraataque, pelota que tienen la patean, etc., etc., etc. Equipos de primera (partidos) que sacan la pelota a la punta 2 o 3 veces en 80 minutos! (y eso no quiere decir que llegue). Equipos de primera de exigua o nula propuesta de juego. No digo que un club de una unión chica deba tener como inspiración o meta tratar de jugar más de equipo, más de 15 por las dudas que alguna vez algún jugador forjado en sus clubes tenga que enfrentar a los All Blacks, no, simplemente porque va a ser más divertido o porque simplemente el juego está grandiosamente pensado así.

Si el juego del rugby puede dar tanto, no le pidamos tan poco.

Gracias y hasta la próxima.

 

Por Mariano Lemoine, desde Mendoza, especial para Tercer Tiempo

 

Opinión

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